martes, 29 de octubre de 2013

"La lectora de almas", de Judith Priay.

Una romántica historia de aventuras.
«La lectora de almas», de Judith Priay, la compré en diciembre del año pasado, pero hasta ahora no había tenido la oportunidad de leerla. 

He de confesar que  es un poco larga, 9811 posiciones, que equivalen a casi quinientas páginas, y me ha dado la impresión de que se ha acortado mucho el desenlace; de hecho me ha parecido que ha sido en una página determinada, cuando los protagonistas están en la ermita en ruinas, cuando se ha producido el cambio de idea de la autora. Pero está muy bien llevada, con un lenguaje asequible y muy llano, transparente entre nosotros y la historia, que va definiendo desde el principio a todos los personajes y sus puntos de inflexión. 

Es una novela que defiende unos valores que me gustan: la solidaridad, el amor, la tarea común, dentro de la diversidad y las distorsiones que les han producido sus trágicas experiencias a prácticamente todos los protagonistas excepto al joven Sanador Soon y a su maestro, Liu, lo que se va desvelando poco a poco mediante un proceso muy gradual que quizá sea el responsable de la longitud poco frecuente de esta obra, dado que las que suelo leer ocupan apenas un tercio de esta longitud. Pero merece la pena. 

Es un libro que recomiendo leer, aunque advierto que crea dependencia de la pluma de su joven autora. 

Por eso le he dado mis cuatro estrellas. :-) 

lunes, 7 de octubre de 2013

Abuelo y nieto

Abuelo y nieto es el último libro que he publicado, tanto en papel como en formato digital, al precio de dos y un euro respectivamente. 

No es un relato largo, pues su extensión es de apenas cuarenta páginas, pero en ella están condensadas los treinta años en que un abuelo y su nieto conviven en una relación atípica que va más allá de las meras relaciones familiares, pues se hayan tamizadas por su amor a la literatura, que el pequeño va descubriendo de la mano experta de su abuelo Matías, hasta un final que nos sorprende porque le hace dar una vuelta a toda la historia.

Este libro es mi primera incursión en el realismo mágico, pues incide en la magia de las relaciones humanas más sencillas: el cariño, la comprensión, las ganas de superación, los sueños y las estrategias para conseguir realizarlos. Creo que disfrutaréis de su lectura, quizá tanto como yo lo he hecho de su escritura. 

En realidad es un cuento largo que me lo sugirió el nacimiento de mi nieto Miguel, a quien el libro está dedicado.

El libro se puede conseguir en la librería virtual Amazon, y en papel en la web MurciaLibro o en la dirección: 

La Rosa de Papel
c/ Mozart, 5, 4º Izq.
30002 Murcia.

También se puede conseguir en pdf. Para ello envíame un email cuando hayas pagado tu ejemplar:



viernes, 28 de junio de 2013

¡Viva la República!

Que ¡Viva la República!

En dos ocasiones hubo república en España. Las dos veces se hicieron las cosas mal, y los españoles prefirieron en 1978 confiar en una institución que lleva rigiendo España más de un milenio, excepto dos breves períodos de uno y cinco años, en que llevaron al país a una situación calamitosa porque sus políticos se dedicaron a diversas tareas, excepto a resolver los graves problemas del pueblo español.

Pero mi libro no habla de esas dos repúblicas, sino de la Tercera, de la que tenemos que traer todos nosotros, y no la deserción del rey.
Mi libro lo terminé de escribir el 19 de agosto de 2011 en Santa Cruz de la Palma y se publicó en la Editorial Sombra del Arce, de Barcelona. Ayer, 27 de junio de 2013, salió la segunda edición en la Editorial Rosa de Papel, de Murcia, y espero que se difunda mucho más, pues hemos conseguido abaratar el precio hasta dos euros.

Mi libro no tiene capítulos, sino canciones: no les he puesto número, porque el número sólo puede indicar el orden en que aparecen, pero su título sí que nos dice algo del contenido. Yo escogí para nombrarlos el de once cantos populares que nos dan una idea del contenido de cada uno de ellos, y que juntos nos dicen a priori el carácter de la obra:

Si me quieres escribir.
La hija de Juan Simón.
De Cataluña vengo.
No nos moverán.
No me tires Indiré.
El cariño verdadero.
Échale guindas al pavo.
Los cuatro muleros.
El Cantar de los cantares.
Himno de Riego.
¡Barra querida de aquellos tiempos!

Y como botón de muestra os presento el capítulo que expresa la determinación de un pueblo que sabe lo que quiere, No nos moverán:


No nos moverán

Nunca hubiera pensado que lo iba a ver allí, con el arma en la mano y el dedo en el gatillo.

Le había dado clase diez años atrás, antes de irse a la mili. Cuando había vuelto de “el servicio”, ella ya trabajaba ayudando a su padre en el campo, cuidando a las cabras. No tenía hermanos. La Pastora fue creciendo, y a ella le gustaba El Soldado. Bueno, el maestro. Veintitrés años tenia el maestro. Ella, diecisiete. Se hizo la encontradiza. El maestro le miraba las tetas de vez en cuando. Era lo que ella quería. Pero cuando ya lo tenía en el bote, empezaron los disturbios. Volvieron a llamar a los últimos soldados que habían hecho el servicio, y el pueblo se quedó sin maestro.

En la ciudad hubo disturbios importantes. Hubo que tirar sobre el pueblo. En nombre del pueblo se masacraba al pueblo. Había que salvar la república de los desmanes del pueblo. El pueblo no quería república. El pueblo quería comer todos los días.

Los ricos seguían siendo ricos. Los pobres seguían siendo gandules. Pero algunos sumaban, y no les salían las cuentas. Algunos decían que había que tener carnet del pueblo. El carnet del pueblo era de un sindicato o partido político de izquierdas. Parecía que los de derechas no eran el pueblo. Eran unos cabrones, pero no eran el pueblo. Eran unos ricos ladrones. Y si no tenían dinero eran unos desgraciados que defendían a los ricos, pero que estos no se lo iban a agradecer. Había que estar con el pueblo, con los de abajo, si no tenías dinero. O si no, eras un traidor. Un traidor a La República.

Pero la República éramos todos, decían algunos. Aunque no fuéramos de izquierdas.

Un día todo cambió, cuando aquel agitador político empe­zó a arengar a los soldados para que tiraran sobre el pueblo. “Porque el pueblo”, decía, era “traidor a La República”. A la República del Pueblo. El soldado recordó un detalle. Aquel agitador le recordaba al inspector que tuvo aquella vez allí, en su pueblo. No le dejaba pensar. Había que sacrificar los valores reales y objetivos que tenía allí delante por una cosa bastarda y abstracta que los vocingleros defendían sin dejar pensar a los demás. Por eso El Soldado no lo pensó dos veces. Cogió su fusil y lo montó. Apuntó, y tiró a matar. Pero no mató a nadie del pueblo. Se cargó al agitador. Los demás soldados le miraron, sorprendidos. Ellos no dispararon. “No me dejaba pensar”, dijo El Soldado. “Y para qué quieres pensar”, le dijeron. “Para no hacer el trabajo sucio a un cobarde que está riéndose de nosotros, y luego pondrá el cazo para llevarse el dinero que a nosotros nos hace falta”. Le miraron como el que mira al que dice lo que todos están pensando. “Pues vamos a por el dinero”, le dicen. “Pues vamos”, dice él. “Antes de que venga otro a quitarnos lo que más nos vale: el derecho a pensar por nosotros mismos”.

Y los soldados se fueron a ver al Ministro. Y le dijeron: “Ministro, hemos estado pensando...”, pero el Ministro les dijo: “Ustedes no están para pensar”. Y los soldados apuntaron al techo y pegaron un tiro. Todos juntos. Treinta disparos a la vez. Y repitieron: “Hemos estado pensando, Ministro. Si no nos dejan pensar, ustedes tampoco piensan” . Y el Ministro salió de debajo de la mesa y dijo: “Lo que ustedes quieran. Ustedes son la fuerza. Pero lo son hoy. Piensen en lo que pasará mañana”. Y le dijeron: “Sí, claro, Ministro: mañana usted puede estar vivo todavía. Si firma la ley de que todos pueden pensar lo que quieran. De que nadie va a obligar a nadie a pensar. De que vamos a trabajar todos por La República. Pero en libertad. Si no hay República en libertad para nosotros, para usted tampoco la habrá. Porque estará muerto”.

Y el ministro, que ya no era Ministro, se asustó tanto que firmó lo que le pusieron. Y se publicó en el Boletín Oficial del Estado aquella misma tarde. Y los soldados se fueron a su casa.

Entonces el Ministro se rodeó de Guardias Civiles y de policías. Y dijo “Ahora se van a enterar estos sabihondos”. Y fueron a detener a los soldados. Pero el problema que hubo es que eran muchos soldados. Y cuando detuvieron a los primeros se dieron cuenta a tiempo los segundos. Y los terceros. Y El Soldado, que era el diecisiete que iban a detener, se fue al campo con su escopeta de caza. Y se juntó con otros escapados. Y asaltaron un cuartel de la Guardia Civil y les quitaron los fusiles ametralladores. Y fueron a ver al ministro, que ahora era otra vez Ministro, muy de mañana.

"Ministro”, le dijeron, “nos tomaste el pelo una vez. Eso no fue culpa nuestra. Pero la segunda vez sí lo sería. Te tomamos por persona seria”. El ministro ya perdió otra vez la M, y les dijo con poquita voz: “¿Y qué hicieron con los guardias que tenía ahí fuera?”

"Aquí estamos”, les dijeron los Guardias Civiles. “Que las cosas nos las han explicado un poco mejor estos compañeros. Que nosotros también queremos pensar. Que no les pagamos el sueldo a inútiles para que nos digan que hagamos lo que no hay que hacer. Que los guardias también somos pueblo. Pero los políticos no son pueblo. Son sinvergüenzas”.

Pero el Ministro, o el ministro, ya no pudo decir nada, porque El Soldado le pegó un tiro. “Este ya no nos toma más el pelo. A ver a quién ponemos de ministro ahora”.

"Pero esto es un golpe de estado”, dijo alguien. “¿De qué estado? ¿Del que te arma a los de un partido y a los de los demás no? ¿De los que se fabrican una religión y la disfrazan de política después para obligar a los pobres a pasar más hambre, y a los bancos les dan nuestro dinero?”
 “No”, le contestaron. “Ese estado hay que quemarlo”.
Pues no quememos nada todavía. Elijamos a otro Ministro”.
Bueno, pero primero hagamos elecciones”.

Y los soldados se fueron a la televisión con los Guardias Civiles y los policías. Y allí dijeron que iban a formar un nuevo gobierno dentro de quince días. Y que se presentaran todos los que quisieran trabajar por la República. Que la República somos todos, así que hay que trabajar para todos. Que todos merecemos la pena, pero los latifundistas del pensamiento no tienen derecho a estar en esta república. Que se puede tener dinero y propiedades, pero no las de los demás. O sea, que no se puede robar los pensamientos de la gente para meterles los propios para enriquecerse injustamente. Que los soldados tienen dos o tres pensa­mientos nada más. Pero son suyos. Y que ojito con querer quitárselos. Que los soldados pueden no ser muy inteligentes, pero son muchos. Y por muchos que maten, aparecen más. Porque los soldados aparecen del pueblo. Los soldados también son pueblo. Y para despachar a los chorizos vestidos de políticos, aunque tengan el portentoso nombre de Presidente de la República, se basta un solo soldado. El que quede.
Y cuando El Soldado volvió al pueblo, ella le estaba esperando. Y le dijo que le había visto por la tele. Que estaba muy guapo. Y que se casaría con él si alguno de los dos creía en algo. Pero él le dijo que él creía, creía que ella estaba muy buena. Y se fueron al pajar y estuvieron follando toda la tarde. Por eso no estaba en su casa cuando fueron los policías a detenerlo. No lo encontraron, pero mataron a su hermano, que había ido a visitarlo. Y le pegaron fuego a su casa.

Cuando El Soldado volvió a su casa, se encontró con restos humeantes, y a todos los vecinos apagando el fuego de las casas vecinas, que de la suya ya no quedaba nada. Por eso El Soldado se fue a la comisaría del pueblo, a ver a los policías. Pero no les dijo mucho. Cuando los vio de lejos, les pegó una pedrada a dos de ellos, y les quitó el fusil y el arma de reglamento. Y entró en la comisaría y mandó al cielo a los otros dos sinvergüenzas que habían asesinado a su hermano sin cargos, sin juicio, y sin sentencia. Les hurgó en la chaqueta: los cuatro tenían carnet de un sindicato de izquierdas. “Esta gente no aprende”, se dijo, “la República no puede ser de izquierdas. Ya lo intentaron en Rusia y les salió el tiro por la culata”.

Y se fue a la capital de nuevo, a ver al nuevo Ministro. Al Presidente de la República. Y le preguntó que porqué se mata en el país sin hacer un juicio primero. Y el Presidente dijo que le detuvieran. Pero los policías de allí le dijeron que primero contestara. Y él no dijo nada. Dijo que era un error judicial. Y él les preguntó que dónde estaba el juicio. Que si ahora los verdugos van antes que el juez disfrazados de policías. Que quién había dado la orden. Pero la orden no la dio nadie. Y El Soldado, que no era muy listo, dijo que dónde estaban las garantías que tenía el pueblo contra esos desmanes. Pero el presidente, que ya no era Presidente, dijo que no sabía. Y El Soldado le dijo que si no sabía ser Presidente, que se fuera a su casa mientras pudiera. Que había gente mejor preparada que él. Y qué gente es esa, le preguntó el presidente, y él le contestó que Él mismo. Y el presidente se rio. Y le invitó a una sesión del parlamento. Y él fue. Sin pistolas, sin escopeta, sin sus compañeros.


Si queréis saber más de mi libro, lo podréis encontrar en las principales librerías o pedírmelo contra dos euros más gastos de envío a mi dirección de correo.

Quizá vuestro primer acto a favor de una república para todos consista en leeros este libro, pero en todo caso nunca está de más informarse de algo importante en forma novelada, ¿no os parece?

jueves, 7 de febrero de 2013

Contigo, Lilí Marleen.

Mir dir, Lili Marleen.

Acabo de terminar de leer el iteresante libro de Rosa Sala Rose Lilí Marleen, canción de amor y muerte", aunque, por lo expuesto en el libro, bien podría llamársele "Lena Marlene"…, pues Lena Andersen y Marlene Dietrich fueron sus principales difusoras.

En 1915 un soldado alemán estaba a punto de ser enviado al frente de los Cárpatos durante la Primera Guerra Mundial. Ese soldado era poeta, y se llamaba Hans Leip. Aquella noche estaba de centinela en la entrada de su regimiento (kazerne) y olvidó saludar a un superior que pasó frente a él. Mientras el militar regañaba al soldado, vio pasar frene a él a su amante Marlene, una enfermera que le había dado el adiós la noche anterior. Luego recordaría el soldado que esa fue la última vez que vio a Marlene, y que no volvería a ver a Lili, apodo por el que conocía a Betty, la hija de un verdulero vecino, a la que quería en secreto. Ese es el arranque del poema más famoso de la Segunda Guerra Mundial:



1. Vor der Kaserne
Supuesta Lilí Marlén original, Lilly Marlen, judía americana que conoció a Hans Leip.
Lilí Marlén
Vor dem großen Tor
Stand eine Laterne
Und steht sie noch davor
So woll'n wir uns da wieder seh'n
Bei der Laterne wollen wir steh'n
|: Wie einst Lili Marleen. :|

2. Unsere beide Schatten
Sah'n wie einer aus
Daß wir so lieb uns hatten
Das sah man gleich daraus
Und alle Leute soll'n es seh'n
Wenn wir bei der Laterne steh'n
|: Wie einst Lili Marleen. :|

3. Schon rief der Posten,
Sie blasen Zapfenstreich
Das kann drei Tage kosten
Kam'rad, ich komm sogleich
Da sagten wir auf Wiedersehen
Wie gerne wollt ich mit dir geh'n
|: Mit dir Lili Marleen. :|

Hans Leip, soldado


Frente al cuartel,
delante del portón,
había una farola,
y aún se encuentra allí.
Allí volveremos a encontrarnos,
bajo la farola estaremos.
Como antes, Lili Marleen.
Nuestras dos sombras
parecían una sola.
Nos queríamos tanto
que daba esa impresion.
Y toda la gente lo verá,
cuando estemos bajo la farola.
Como antes, Lili Marleen.
Pronto llama el centinela
"Estan pasando revista
Esto te va a costar tres días"
Camarada, ya voy
Entonces nos decíamos adios
Me habría ido encantado contigo
Contigo, Lili Marleen



Veinte años después, el poeta añadió estas dos estrofas que evocan la muerte: 

4. Deine Schritte kennt sie,
Deinen zieren Gang
Alle Abend brennt sie,
Doch mich vergaß sie lang
Und sollte mir ein Leids gescheh'n
Wer wird bei der Laterne stehen
|: Mit dir Lili Marleen? :|
5. Aus dem stillen Raume,
Aus der Erde Grund
Hebt mich wie im Traume
Dein verliebter Mund
Wenn sich die späten Nebel drehn
Werd' ich bei der Laterne steh'n
|: Wie einst Lili Marleen. :|

Ella conocía tus pasos
tu elegante andar
todas las tardes ardía
aunque ya me había olvidado
Y si me pasara algo
¿Quién se pondría bajo la farola
Contigo?, Lili Marleen
Desde el espacio silencioso
Desde las tierras de la tierra
Me mantienen como en un sueño
tus adorables labios
Cuando la niebla nocturna se arremoline
yo estaré en la farola
Como antes, Lili Marleen

El compositor Rudolf Zink compuso una primera versión en forma de "lied", es decir, canción culta, que se desechó  en beneficio de la versión más popular compuesta por el nazi Norbert Schultze, que estrenó precisamente la misma cantante que había dado a conocer la versión de Zink, Lale Andersen, cuyas canciones aún se encuentran en youtube.
Rosa Sala Rose, autora del libro.

Es una canción que refleja el sentimiento de un hombre y debería haber sido cantada por un hombre, sin embargo la hicieron famosa dos mujeres alemanas. ¿Por qué? Lale Andersen, su primera intérprete, decía que ella contaba lo que el soldado sentía, mientras que Marlene Dietrich la utilizó con fines propagandísticos, pues se había nacionalizado americana justo antes de la guerra. Hoy en día se tomaría como una canción de una lesbiana a su amor, pero entonces se pasó de puntillas por esa idea, si es que se le ocurrió a alguien. Algunos cantantes varones, como Perry Como, la cantaron también, pero con tan poco éxito que pasaron desapercibidos.

El libro cubre toda la historia de esta canción y explica por qué los soldados de ambos bandos la adoptaron como canción de guerra, con diversos matices: para el soldado alemán era una canción triste cuya quinta estrofa le recordaba que muy posiblemente no saliese vivo de la guerra, mientras que en la versión aliada el mensaje era todo lo contrario. La versión española, cantada por la División Azul, iba un poco más allá, pues proclamaba que sí que volverían a casa:

Cuando vuelva a España
con mi División,
llenará de flores
mi niña su balcón.

Yo seré entonces tan feliz
que no sabré
más que decir:
- Mi amor, Lili Marlen
mi amor es para ti.

Me ha encantado este libro, pues cuenta en una prosa muy clara y fácil de seguir la génesis de esta canción, desde la letra a la versión final de Marlene Dietrich (autora del cambio de nombre de la canción, de "Lili Marleen" a "Lili Marlene", como se conocía en inglés). También deja patente que a pesar de ser un arma de propaganda del ejército nazi, acabó siéndolo de la BBC, mediante el cambio de orquestación: desaparece el toque de corneta que llama a retreta (a dormir) a los soldados del regimiento) por un sencillo acordeón que evoca el puerto de Hamburgo, Alemania, el hogar de los soldados que estaban en frentes muy alejados, como Rusia, Turquía o África. También repite los tres últimos versos, como se ve en esta versión que data de 1942, en que se enfatiza la idea de "las nieblas tardías", que simbolizan la muerte.

Hoy en día es una canción olvidada, pero sigue siendo el símbolo de una época triste de la humanidad… Este libro me ha hecho mirar de una forma diferente a las canciones de gerra en general.
El libro está bien escrito, y mantiene la atención del lector a pesar de que no es una novela, como yo pensaba en principio, sino de un detallado estudio sobre una canción que ya no está de moda.


La autora, Rosa Sala Rose, recientemente participó en un debate sobre su libro en televisión que podéis ver, si os interesa. También podéis ver su blog.

miércoles, 23 de enero de 2013

Una de manga mágica preñada de sentimiento.

El surco de tus labios me provoca deseo  me recuerda mucho a Haruki Murakami, al que conocí por su  Tokio Blues, que leí no hace mucho. Aparte por el tema japonés, porque los personajes tienen unos móviles que no siempre son predictibles. Aunque, es justo reconocerlo, en la narración de Iván Hernández aparece la yakuza, mafia japonesa.

Una cosa que no me convence mucho de este libro es la lucha de dragones, los rojos contra los negros, todo un símbolo de colores, pero que me dio la impresión, en esa parte, de que estaba ante una novela para críos. El resto sí que me encantó, con la mezcla de magia y realidad que suele utilizar este escritor en sus narraciones, dignas de figurar en el libro de "Las mil y una noches", que serían "las 1008 noches".

El libro es fácil de leer, el argumento está bien equilibrado, y aparte de ese detalle del combate aéreo, me ha gustado, sobre todo por la sorpresa que nos da en el último tercio de la novela. Una vez más tengo que felicitar al autor por su buen hacer, aunque tampoco le dé la quinta estrella esta vez. Quizá se deba a que leerme todas sus novelas de un tirón puede tener ese inconveniente, que se satura uno un poco del estilo. Por eso voy a leerme la novela de Leara Martell, La canción del silencio, antes de continuar con las otras dos que me faltan de Iván: Amarte y La protegida Wittman.

Ánimo, Iván: no cejes. Sigue con tu escritura, que tienes al menos un fan incondicional. :-)

martes, 22 de enero de 2013

Magia gris.

De nuevo os comento mis impresiones sobre un libro de Iván Hernández: Esto es un corazón. Este libro consiste en cinco cuentos, un prólogo y un epílogo, a cual más triste. Tocan diversos temas de la parte más obscura del ser humano, y a pesar de que sigue habiendo magia, una característica de este autor, cuyos escritos siempre son mágicos, por una vez no se trata de magia blanca, ni negra, sino gris. Pero no porque aparezcan brujas y diablos, sino porque es triste.

Iván nos sumerge en una escenarios en que la esperanza no reina, en situaciones en que la mejor opción es el suicidio individual o colectivo, o en que el héroe y el villano son la misma persona.

Es un libro que sí conviene leer, porque está magistralmente bien escrito, y si no le doy las cinco estrellas es porque la lectura me ha puesto triste, a pesar de la sonrisas que me ha ido arrancando por el camino.

Los cuentos son: 
  1. Los delfines no pueden soñar: estudio sobre la transmigración de almas y posesión de un cuerpo por otra.
  2. Eso es un corazón: lo mágico se sobrepone a la realidad, y la antropofagia a la ingenuidad.
  3. El título sugiere algo festivo que no tiene lugar. El cambio de pareja le cambia la vida a todos lo participantes. A mi juicio, es el cuento más triste de todos.
  4. Infinito: sinfonía cósmica entre Juan, uno de nosotros, y un ente fantástico con el que nos gustaría encontrarnos a más de uno. Es como la apología de Supermán y Dios hecho mujer.
  5. El carrusel del fin del mundo: un matrimonio se lleva a sus dos hijos a la feria, y montan en un carrusel para dar la última vuelta. Es muy interesante la manera en que el autor nos va anunciando el final desde el primer párrafo sin que nos hayamos dado cuenta hasta que este llega y nos golpea de pronto.
A pesar de lo que pueda parecer por mis palabras anteriores, se trata de un gran libro, que a mí me hecho disfrutar, a pesar de todo, a pesar de la tristeza que destila cada palabra.     

sábado, 19 de enero de 2013

El realismo de lo mágico: "Un baile imperfecto", de Iván Hernández.

Acabo de terminar esta narración tan original de Iván Hernández: Un baile imperfecto. Es el tercer libro suyo que leo, y los otros dos me los leí ayer y anteayer. Porque es una lectura que engancha desde el principio..., para sorprendernos con un final que nunca es convencional. Aunque en este se ha  superado.

Es lo que se podría definir como realismo mágico: los problemas de la triste y sórdida realidad persiguen a los protagonistas: el paro, la prostitución, los hampones..., hasta que llegan a perderlo todo.., o casi. Y entonces surge un extraño personaje, Lulluby, que en inglés significa nana. ¿Es la nana que viene a cuidar a alguien? También hay unos misteriosos hilos negros que aparecen porque sí. Y montañas de basura. Con todos estos elementos Iván Hernández elabora una historia original que nos hace sonreír más de una vez, pero que no nos permite dejar el libro a medias.

Las historias de Iván pertenecen a una colección llamada con un curioso nombre: "Busco aliados". Y los aliados son, desde luego, el conjunto de los lectores que hemos leído sus historias para dormir contento. :-)

Son historias que se pueden comprar por menos de un euro, pero que tienen muchísimo más valor que el que indica su precio.


viernes, 18 de enero de 2013

Alma, cuerpo, cerebro, en "¿Existes?", de Iván Hernández.

¿Existes?, es lo primero que le preguntaron a Edel a través de un anticuado ordenador que le habían regalado. A partir de esa pregunta se van sucediendo cosas de un modo vertiginoso que nos van presentando un futuro muy imperfecto en que una especie de dioses, o sea, seres que no existen, han tomado el control de todo el mundo, y sólo unos cuantos se atreven a hacerles frente, ante el anatema proferido por todos los demás, a veces a tiros.

Iván Hernández, nuevamente me ha sorprendido con su libro. Lo he terminado entre ayer y hoy porque, al igual que Clara, engancha, y nos hace padecer con las vicisitudes por las que hace pasar a sus héroes, Edel y Alexander, el coronel y la doctora Lemoin, así como un innumerable coro de otras personas que entran y salen continuamente en la fluida narración. Sí, me sigue enganchando lo que hace este autor, hasta el punto de que ya he empezado con la siguiente obra que escribio, Un baile imperfecto, que es muy probable que me sorprenda otra vez, si ha vuelto a cambiar de género, como me da a entender el prólogo que me habla de mujeres aparcadas en las esquinas con un dueño que cambia cada noche. Pero hablaré de ese libro mañana, o pasado, pues ahora me toca aconsejar a los que lean esto a que hagan lo mismo con su libro "¿Existes?" Lo pasaréis bien, os lo garantizo.

El enlace que he puesto al principio, Totentanz, o la Danza de la muerte, de Franz Lizst, me ha parecido adecuado fondo musical para este comentario sobre el libro de Iván Hernández por la temática del libro, bello pero pesimista, aunque con un espacio para el optimismo, después de todo. Aqui está la segunda parte de esa maravilla musical del pianista  compositor húngaro.

jueves, 17 de enero de 2013

Clara, de Iván Hernández.

Clara es una fantasía construida con elementos muy singulares: un conductor de autobús, una empleada de hogar, un mayordomo, una anciana y un ejército de miserables y de ángeles.
Iván Hernández es un autor de la Generación Kindle que ocupa un lugar destacado entre los más leídos y los más carismáticos, y después de leerme su primera novela he comprendido por qué: su prosa es una escritura que engancha porque es amena, clara y bien estructurada, lejos de las de otras historias de mayor complejidad  que presentan tramas más sencillas que la de este libro. Porque esta novela trata de los misterios de la vida, de la muerte, y sobre todo del amor. Y de la solidaridad, del humor y de la armonía. Son una serie de valores amables que a todos nos gustaría cultivar, peor que hay que ser un genio de la sencillez y del humor ligero para poder plasmar en tan pocas palabras.
Hay quien dice que en estas críticas es sospechoso que le otorguen a una novela cinco estrellas de cinco. Yo considero que no ponérselas a escritos como "Clara" es una falta de honestidad. Porque da en el clavo, entretiene, divierte, y además aprendes con la muestra de valores que nos enseña, esos valores universales y positivos que he comentado. Con un plus: que convierte un acto intrínsecamente malo, matar, en algo bueno y liberador.
Y el final…, ¿qué os puedo decir del final? Todo confluye hacia allí…, y el autor nos arranca la sonrisa final con la solución que nos da. Sí, si quieres volar a lomos de tu fantasía, lector o lectora, cómprate esta novela y aclararás muchos conceptos con "Clara", la chica que lo tiene todo muy claro.

martes, 15 de enero de 2013

Abuelo y nieta ("Pretérito imperfecto", de Mercedes Pinto).

Acabo de leerme el libro Pretérito perfecto, de Mercedes Pinto Maldonado, un texto que me ha hecho pensar sobre las relaciones familiares, cómo son, cómo deberían ser, y cómo algunas veces son, por desgracia.  
Elena es una mujer a la que no le ha ido demasiado bien en la vida, al revés que a su hermana Chari, que es una triunfadora. Elena cree que hay cosas que no hace ben y se deprime con frecuencia, mientras que su hermana desafía directamente al status quo, le echa una pedorreta, y sin embargo triunfa en la vida. No consiente que ningún hombre se le suba encima, y le partiría la cara a la vida misma si se le pone en su camino. Todo lo contrario que su hermanita. Y sin embargo Elena conoce el amor. Lo conoce de primera mano de la de su abuelo Rafael, el mejor hombre que ha conocido. Cuando ya ambas son más que adultas, su hermana Chari la pone al corriente de ese lado obscuro de su abuelo que ella no quiso nunca asimilar, y vemos que el amor supera todo eso.
    Este libro está escrito en dos tiempos: las escenas se van intercalando con un lapso de treinta años, de modo que vemos el contraste entre una niña  y una adulta que son la misma persona. Entre una mente virgen que todo lo tiene por aprender, y una mente harta de sinsabores, de desengaños y decepciones, que sin embargo es lo bastante ingenua y encantadora para enamorarnos.
   Os contaría la historia, pero creo que os vendrá mejor que compréis el libro (vale un euro, no os vais a empobrecer mucho) y lo disfrutéis.     
   A mí  me gusta porque es un canto al amor entre una niña y su abuelo, que pasa la barrera del tiempo, que tiene sus altibajos, como todo amor verdadero, pero que ineludiblemente vuelve y te hace revivir cada momento tierno pasado por esas dos personas. El personaje central, Rafael, es todo un ídolo para la pequeña eLenITA, Lita, un auténtico gigante cuya mera presencia vacuna a la niña contra el mal rollo que llevan sus padres, sus tíos y demás familia. Un héroe que no está exento de claroscuros, de momentos menos justificables, pero que la niña no supo ver en principio, y no quiso ver ni al final.

Me gusta el libro porque está escrito en dos tiempos, en dos momentos en que la vida de la protagonista va transcurriendo con treinta años de diferencia. Y eso me ha parecido original y encantador.  Es un libro que enseña.

   En resumen, le he puesto cinco estrellas porque no hay más. Es un libro que me ha encantado, y que demuestra que su autora tiene oficio y arte suficiente para escribir grandes obras literarias.
   Mercedes Pinto Maldonado aún creará miles de personajes que ansío conocer, cuando les vaya dando vida. Esta novela es un producto muy elaborado y me ha encantado, como me fascinó La última vuelta del Scaife, cuando lo leí.

martes, 8 de enero de 2013

Resultados de la promoción.

Acabo de ver los resultados de la promoción, que me envía Amazón. 

Resulta que en lo que va de mes me han comprado seis ejemplares de los nueve libros que tengo publicados allí. Sin embargo, el pasado día 6 se bajaron 99 ejemplares. Esos sí, de modo gratuito. 

Si me preocupa sólo que me lean, la experiencia ha sido un éxito rotundo. Pero los escritores tenemos, además, que comer todos los días. No se consigue ese objetivo, al menos de momento. 


Pero seguiremos escribiendo.

domingo, 6 de enero de 2013

Regalo de Reyes, 2013.


 Hoy, día de Reyes de 2013, he puesto cuatro de mis libros para descarga gratuita en Amazón: 


La cronista: Un maestro jubilado está dando la vuelta al mundo en coche, y en una ciudad de la India se encuentra a una mujer que viaja por el tiempo. 


Tricronía: asistimos al nacimiento de un continente y de su primera habitante, que es la madre de la diosa de la música.
 
Los desterrados: los pobres terrícolas emigran a la Constelación de Pegaso huyendo de la falta de suelo, pero se encuentran en el planeta vecino al suyo a los malvados irkil, que comen carne humana. ¿Lograrán derrotarlos? Pero ellos cuentan con la ayuda de dios...

El putero: Arnoldo y Mariana se conocen en condiciones tan extrañas que son incapaces hasta de retener sus propios nombres. Es un canto a la profesión más antigua del mundo, injustamente vilipendiada. Quizá no estés de acuerdo con los valores que defiende este libro, pero se presta al debate inteligente. 
 
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Aunque ya sean más de las doce aún estarán gratis durante varias horas.

Ya me comentaréis si os gustaron.