martes, 24 de marzo de 2015

La ropavejera, o El génesis del mal.

La ropavejera, o El génesis del mal es el último libro que he leído de Ramón Cerdà Sanjuán. Se trata de una novela sobre un cortometraje que recrea la historia de La vampira del Raval, Enriqueta Martí, que a principios del siglo XX fue detenida y juzgada por secuestrar, prostituir y asesinar a varios niños, aunque sólo se le pudieron demostrar los dos primeros cargos. 

El libro está presentado con una encuadernación lujosa en tapa dura dentro de una carpetilla que muestra otra portada alternativa, pero, a mi juicio, no tan atrayente como la del propio libro, en que se ve a la ropavejera tal cual la recrea en el corto cinematográfico la actriz Ana Torrent, junto a la que aparece su falsa hija Angelita, interpretada por Marina Alegre, en un fotograma del corto escrito y dirigido por Nacho Ruipérez con el mismo título.

La historia narrada por Ramón Cerdà proporciona mayor lujo de detalles que el corto, como cabría esperar, en sus dos partes y un epílogo que ocupan 417 páginas de buena prosa, como sabe todo aquel que ha leído alguna vez alguno de los libros de este autor. He de decir que este es un género que no acostumbro a leer ni escribir, porque me parece desagradable y pesimista, pero esta narración ha tenido la virtud de llevarme de la mano y no querer dejar el libro hasta que me deja en la conclusión final, en la página 417. He descubierto un recurso novedoso, al menos para mí, en este libro: el cambio reiterado de voz: aunque la narración la realiza la propia Enriqueta Martí la mayor parte del libro, de vez en cuando se intercalan capítulos de un narrador omnisciente que cuenta cosas que, evidentemente, la protagonista no podría saber al menos en esa parte de la narración, con otro cambio de voz final, que marca la apoteosis del libro, y nos deja un buen sabor de boca, a pesar de todo. Sí, creo que es una sabia combinación que nos muestra que, al igual que Goya hizo con la pintura, en la literatura se puede hacer una obra de arte partiendo de algo sórdido y tétrico, y tan vituperable como el tráfico y asesinato de niños, con secuestro incluido. No se recrea el autor en hechos luctuosos o desagradables, pues los refiere y nos deja en la puerta de los mismos, dejándonos que nuestra imaginación haga lo demás. Como la definición de sacamantecas, que ni define ni refiere, pero que nos queda clara a medida que avanza la narración y se nos hacen referencias a los ungüentos y cremas que esta psicópata elabora en el negocio que emprende, así como otras cosas, como los antifaces que elabora a partir de un material muy especial, lo que la lleva a considerarse una mera empresaria emprendedora más, como tantos otros que había en la Cataluña de entonces. He de decir que me ha encantado la forma en que se resuelve la investigación policial que conduce a la detención de la protagonista: una pedrada, un simple saludo de la nueva ama de llaves a una vecina, y voilá, los municipales empiezan a investigar a pesar de que sus jefes les dicen que para qué se van a molestar. Y esa es la nota de humor que aparece en la novela. 

He de decir que este es un proyecto más elaborado y más logrado que el anterior que he recensionado, La Victoria de Úrsula, y para los interesados en el género de terror o del crimen es una buena forma de invertir los 16 ó 24 euros que vale, según la edición que se compre. Los interesados pueden encargarlo directamente a la editorial El Fantasma de los Sueños o en las principales librerías de su localidad.