miércoles, 23 de enero de 2013

Una de manga mágica preñada de sentimiento.

El surco de tus labios me provoca deseo  me recuerda mucho a Haruki Murakami, al que conocí por su  Tokio Blues, que leí no hace mucho. Aparte por el tema japonés, porque los personajes tienen unos móviles que no siempre son predictibles. Aunque, es justo reconocerlo, en la narración de Iván Hernández aparece la yakuza, mafia japonesa.

Una cosa que no me convence mucho de este libro es la lucha de dragones, los rojos contra los negros, todo un símbolo de colores, pero que me dio la impresión, en esa parte, de que estaba ante una novela para críos. El resto sí que me encantó, con la mezcla de magia y realidad que suele utilizar este escritor en sus narraciones, dignas de figurar en el libro de "Las mil y una noches", que serían "las 1008 noches".

El libro es fácil de leer, el argumento está bien equilibrado, y aparte de ese detalle del combate aéreo, me ha gustado, sobre todo por la sorpresa que nos da en el último tercio de la novela. Una vez más tengo que felicitar al autor por su buen hacer, aunque tampoco le dé la quinta estrella esta vez. Quizá se deba a que leerme todas sus novelas de un tirón puede tener ese inconveniente, que se satura uno un poco del estilo. Por eso voy a leerme la novela de Leara Martell, La canción del silencio, antes de continuar con las otras dos que me faltan de Iván: Amarte y La protegida Wittman.

Ánimo, Iván: no cejes. Sigue con tu escritura, que tienes al menos un fan incondicional. :-)

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