lunes, 16 de abril de 2012

Andante con fuoco e molto sentito!

¡Andando con fuego y mucho sentimiento!

Es increíble la pasión que vierte Anne Smith en este largo relato en que nos lleva con la respiración contenida desde la infancia de la protagonista hasta la conclusión de su libro, en que con un golpe maestro de prestidigitación léxica y sintáctica nos arranca de una confesión biográfica y nos planta todo un argumento ético y pasional sobre la situación en que se ven acorraladas las prostitutas en nuestra sociedad occidental que se beneficia del papel terapéutico de las hetairas modernas, y sin embargo las culpabiliza de modo sangrante, hasta el punto de utilizar su nombre como el colmo del insulto ya aislada, ya en un compuesto de esa palabra: puta. Y es curioso que el hombre sobre cuya enseñanza se construyó la civilización europea y occidental, Jesucristo, no tuviese nunca palabras de condena para las profesionales del amor, siendo su máxima referida a ellas, la que dirigió a la mujer adúltera, toda una declaración de amor: "Vete, mujer, y no peques más". Previamente le había perdonado sus pecados. Es bien sabido que la mujer que más amó al Hijo de Dios, según le religión cristiana, fue una prostituta, una de las dos que aguantó con él hasta el final, al pie de la cruz, resistiendo y desafiando la autoridad imperial, mientras que todos los discípulos habían huido como conejos y se ocultaban. Sólo el discípulo amado, San Juan, la madre del crucificado, y la mujer pública estuvieron con él hasta el final, sin preocuparse de su propia seguridad. La figura del amigo, en nuestra sociedad moderna, está quizá sobredimensionada, la de la madre está reconocida, pero la de la amante, la amiga, la profesional del amor que sin embargo aguanta hasta el final lo que nadie más aguanta, no está ni subredimensionada ni reconocida: está execrada. Y eso es injusto.

Recuerdo que hace años, el gobierno de España que legalizó el matrimonio entre homosexuales y reconoció la paridad de los derechos de las parejas de hecho y de los matrimonios, sin embargo se negó a legalizar la prostitución, desdeñando una propuesta de uno de los partidos de derechas, lo cual no dejó de ser curioso. Anastasia, el personaje que tan magistralmente ha creado la novelista Anne Smith para dar voz a su protesta, mujer de nombre ruso, origen brasileño pero alma cosmopolita, se queja en su largo alegato del maltrato recibido en España por las prostitutas,  a quienes se desprecia pero se frecuenta y, a veces, se intenta engañar (caso de Miguel, que supongo que será un prototipo de falso pío que quiere estafar a una mujer a la que supone desarmada psicológica y moralmente, en lo que se equivoca). Pero aún se riza el rizo cuando describe su experiencia italiana, aún más deplorable que la narrada hasta entonces.

Formalmente me daba la impresión de que faltaba algo en este libro, pues la autora iba de un tema a otro a lo largo de su narración, sin fraccionar el texto en capítulos y subcapítulos, como se acostumbra a hacer en las narraciones largas. Hace años quise hacer yo ese experimento en una de mis novelas, pero avanzando la trama tuve que tirar la toalla y fragmentarlo en tres capítulos. Por eso he de descubrirme ante Anne Smithe, porque una vez llegado al final se descubre que todo el texto estaba unido en ese broche final brillante en que su discurso de pronto deja de ser narración y se convierte en alegato, alegato que ya estaba presente desde la primera palabra de su narración, lo cual le da una unidad que no es rompible en capítulos ni en partes más pequeñas, pues al igual que un cuadro no admite particiones, sino que se ve sin solución de continuidad, este relato no admite más fraccionamiento que la vuelta de la hoja una y otra vez para ver a dónde nos conduce el mosaico de diversas experiencia que aparecen, vistas desde el final, concatenadas y complementarias las unas de las otras.

A lo largo de estas páginas desgarradoras, tristes en muchas ocasiones,pero amenas en todas, he ido viendo algunas ideas que no puedo resistirme a citar:

"Mientras bailamos, cantamos y hacemos el amor no tenemos tiempo para hacer la guerra, y si tengo que elegir entre ser parte el primer mundo en estas condiciones…, pues prefiero ser parte del tercero" (posición 1791).

"Una mujer tiene todo el poder sobre un hombre si ella quiere" (posición 2660)

"Porque tu espíritu no está a mi nivel y mucho menos tu coeficiente intelectual. La persona que entra por esa puerta buscando un nivel elevado de coeficiente intelectual en un sitio en el que la mayoría de las chicas que aquí están no ha tenido la oportunidad de estudiar y que muchas han pasado hambre en sus países de origen, y otras son analfabetas, no me demuestra más que pobreza de espíritu y te garantizo que todas ellas valen más que tú. Además, subestimar no es de inteligentes. Y antes de abrir la boca, conecta tu cerebro. Buenas noches" (posición 3222: réplica de Anastasia a un putero que le acaban de decir que allí no había ninguna otra chica con un coeficiente intelectual del nivel de él).

 Sobre el asesinato de una prostituta en Córdoba: "… un caso no contabilizado por el 'Ministerio de Igualdad' debido a la profesión de la chica. Prostituta no es mujer, no es madre, no es hermana, no es hija, no es humana: es una anomalía de la naturaleza, a lo mejor, una enfermedad de la sociedad" (posición 3379).

"Hacer todo por dinero es lo mismo que vender el alma al diablo. Porque cuando pierdes el amor propio ya no tienes nada" (posición 3652).

"Pido a Dios que proteja a esas mujeres que todavía continúan ejerciendo la prostitución. Y a los polacos, que regularicen la profesión más antigua del mundo; así al menos estas mujeres pasarán a existir legalmente y tendrán sus derechos" (posición 4008).

Y por último la perla que mas me impactó: "Es mucho más digno acostarse con mil hombres por dinero que acostarse con el mejor amigo de su marido" (posición 4015)

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