domingo, 27 de mayo de 2012

"El juicio de los espejos", de Alexander Copperwhite.

Acabo de terminar de leerme el libro cuya presentación compartió mi libro  ¡Viva la República! en la Universidad de Murcia el pasado 11 de mayo. Lo había ido postergando desde entonces, hasta que pensé que no podía aguantar más la curiosidad que me provocaban tanto su curioso título como su no menos intrigante subtítulo, respectivamente El juicio de los espejos y Las lágrimas de Dios.

El iridio es un metal poco frecuente en La Tierra, y se cree que todo el que existe proviene de vehículos extraespaciales: cometas y meteoritos que han ido cayendo en diferentes momentos de la historia de nuestro planeta. Este mineral tiene unas características especiales, que el autor de la novela asocia a microagujeros negros, que a su vez producen fenómenos que van más allá de la magia, que nos hacen asistir a lo largo de esta novela a las vicisitudes de un joven druida, de una princesa china, de un egiptólogo..., pero sobre todo de un rico heredero japonés, Ryo, que curiosamente ve alejada de sí toda su herencia en favor de una misión cosmológica que a veces se nos escapa de nuestro punto de vista y que tenemos que estar muy atentos para que no se nos escape. Es cierto que he tenido que releer más de una página, porque si se baja la guardia se nos va la atención, a pesar de que el hilo conductor es claro y diáfano, pero la acción rápida y multigenérica (aventuras, amor, crimen, hazañas bélicas) nos lleva a lo largo de los 77 (¿número cabalístico?) capítulos y 395 páginas desde uno al otro confín del mundo con nuestros siete amigos (dos de ellos mujeres) perseguidos por el malvado Roberto, que ansía el poder de los talismanes iridiados.

Es un libro de aventuras, si tuviera que elegir un género predominante, que entretiene e ilustra y que hace pasar el rato de una forma muy agradable. Quizá haberlo leído en dos sentadas ha contrariado las intenciones del autor, porque no me ha permitido reflexionar las diferentes partes de que consta, pero también es verdad que tengo una visión unitaria de la trama, ya que las dos sesiones de lectura han venido separadas sólo una única sesión de sueño.

Es un libro que recomiendo para todo aquel que pida a la literatura que le entretenga y que le divierta, sin pretender mucho más. Por eso estoy convencido de que va a ser un auténtico éxito editorial, y pronto se situará entre los primeros puestos de la clasificación general de Amazón de los libros más vendidos. Enhorabuena, Alexander Copperwhite. Fue bueno leer tu libro y te agradezco el buen rato que he pasado contigo.

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