jueves, 29 de marzo de 2012

Algunas herramientas útiles para el escritor del siglo XXI.

Hace unos días he asistido a un interesante debate en el grupo Autores que publican en Amazon. En primer lugar quedó claro que para ver los libros que subimos a Amazon nosotros no necesitamos comprarlos, pues existe un enlace, Descargar la vista previa del libro, que hace exactamente eso: nos lleva a nuestro ordenador, a la zona de descargas, una copia del libro que acabos de subir, en formato .mobi, que es el que kindle entiende. En el gráfico adjunto lo veis abajo a la derecha, en azul, en la sección Vista previa mejorada.

Otra cuestión que se planteó fue cómo pasar los ibros de uno a otro formato. Formatos hay muchos para los diferentes lectores de libros electrónicos, siendo el más frecuente el .epub, que por desgracia kindle no entiende. Pero es muy sencillo pasar de uno a otro formato mediante un programa muy sencillo de utilizar y de adquirir, puesto que es totalmente gratuito, llamado Calibre. Este programa permite ver cualquier libro electrónico en cualquiera de los más de veinte formatos diferentes que entiende, entre ellos .mobi y .epub, y además permite convertir un fichero en un formato en otro diferente. Además mantiene una base de datos con todos los libros que tengamos en el ordenador, y si algún libro no tiene portada, permite buscarla en internet, incluyendo www.amazon.com por defecto para esas búsquedas, aunque tiene más webs predefinidas, de modo que nos permite añadir la portada y la información que sobre el libro pueda encontrar en internet. Es cuestión de que os lo bajéis y lo trasteéis para coger soltura. En Línux es casi imprescindible, pues aún en ese sistema operativo no existe el Kindle, que sí hay para Mac y para Windows. Para conseguirlo bastará que os vayáis a la dirección correspondiente (para lo que os bastará pulsar en este enlace), y de la pantalla que se ve sobre estas líneas elegís vuestro sistema operativo. Una vez que lo tengáis, podéis aprender a utilizarlo mediante la ayuda tan pormenorizada que tiene..., si bien sólo en inglés. Así que ánimo. Me podéis preguntar lo que queráis. Es una pena que en el grupo mencionado algunos pensaran que se hacía apología del pirateo, puesto que en realidad estábamos hablando de una herramienta estupenda para nuestros propósitos.

Otra herramienta que salió a colación fue Sigil. Se trata de un editor que genera código en formato html, que es el de las páginas web. Pero nosotros no tenemos que saber ese lenguaje, puesto que el programa lo genera y lo usa sin que nosotros tengamos que preocuparnos más que por las negritas, las cursivas, o dónde no ponerlas, o si queremos añadirle fotos o dibujos al texto. En resumen: lo que haríamos con un procesador de textos normal y corriente, aunque hay algunas características que yo le he echado de menos. No obstante, es una herramienta muy poderosa, porque cuando queremos guardar el libro, lo hace en formato .epub, que podemos subir directamente a Amazon, y allí se traduce automáticamente a .mobi. O bien podemos hacer nosotros la conversión con Calibre. En el enlace que he puesto al principio de este párrafo os lo podéis descargar desde Softonic directamente, y en español.

No obstante, yo me he acostumbrado a utilizar mi programa, y le veo muchas ventajas sobre Sigil.
:-)
Mi programa se llama OpenOfficeWriter, o sea, el escritor de la oficina abierta. Lo podéis encontrar en español, para variar, y es toda una Suite Ofimática que puede substituir, con ventaja, a Microsoft Office. El Writer es el equivalente al Word, y podéis hacer todas las virguerías que queráis con ese procesador de textos, incluyendo un índice a base de enlaces, que se genera automáticamente si habéis tenido la previsión de utilizar para los nombres de los capítulos y subcapítulos los estilos de párrafo Encabezado 1, Encabezado 2, etc., y luego le dais al símbolo correspondiente para generar el enlace. Cuando ya está el libro como vosotros queráis, sólo tenéis que guardarlo como html en un subdirectorio creado ad hoc, y luego no os queda más que generar un archivo zip (o sea, comprimido) del libro en formato html junto con los gráficos que le hayáis metido al libro, que el procesador de texto habrá puesto en ese directorio junto con el texto. Luego entráis en http://kdp.amazon.com, y tras pulsar el botón de subir el libro buscáis el archivo .zip que acabáis de generar, y lo subís. La web de Amazon lo descomprimirá y generará el mobi a partir del mismo. No olvidéis bajaros  la vista previa para ver qué tal ha quedado. 

Ya sé que estas instrucciones son un poco farragosas. Si tenéis alguna duda, no temáis preguntarme lo que queráis cuantas veces sea necesario.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Cuéntotelo.

Acabo de publicar en Amazon mi primer volumen de cuentos, con 22 de ellos que escribí entre 2008 y 2012 (el último, Hágase tu voluntad, el más duro de la colección, lo escribí hace sólo dos días).
 
Cuéntotelo es en realidad un regalo de cumpleaños para mi hija. Pero he decidido compartirlo también con las hijas y los hijos de los demás, porque son veintidós cuentos de diverso género y planteamiento, que recogen diversos estados de ánimo y lo que me han sugerido diversas experiencias en varios países del mundo.
Espero que el lector disfrute leyéndolos tanto como yo he disfrutado escribiéndolos.
La portada la he realizado yo mismo, durante un vuelo en que seguí la misma ruta que Mabel, la heroína del cuento  Que estás en los cielos que recuerda Marina en Tel-Aviv. A pesar de ser cuentos de largo recorrido, no están circunscritos a la temática aérea, pues se exploran en estas páginas muchas facetas del acontecer humano, desde la sordidez de los calabozos de la inquisición hasta la sencilla operación de comprar una rebeca, pasando por los problemas de Ernestina con su novio y el encuentro de un nadador con la muerte, con la que se amista. Pero siempre con una nota positiva y un guiño a una realidad que podría ser mejor..., o  a lo mejor lo es, a falta de que nos fijemos un poco mejor en ella y la descubramos.
Esta última incursión en tu biblioteca virtual es también la más barata, pues le he fijado el precio más bajo que me permite Amazon, para hacerlo más asequible a todos los públicos, de los que espero algo de feed-back, aunque sea por favor. :-)

Podéis pedírmelo en pdf personalizado cuando lo hayáis pagado en PayPal:
 

sábado, 24 de marzo de 2012

"Que estás en los cielos", segundo cuento de "Padre Nuestro".


Que estás en los cielos
por Jesús de las Heras Jiménez
La noche era cálida y apacible. Marina yacía tumbada en una hamaca, en la playa de Tel-Aviv, con un cuba-libre en la mano, mirando al cielo. Había caído la noche, y desde hacía horas veía cómo los aviones surcaban el cielo desde detrás de ella hacia adelante, a la vez que se elevaban. Llevaba dos días en aquella ciudad, y había decidido venir a la playa con varias amigas, y mientras ellas charlaban entre sí de naderías, y alguna que otra se había quedado dormida, ella seguía bebiendo en silencio, recostada, aún en traje de baño, en su hamaca, observando con los ojos entrecerrados el inicio de la singladura de tantas aeronaves. Ella había llegado allí en una de ellas, y en una de ellas volvería a surcar el cielo de nuevo, dentro de algunos días. El cielo era su país, su zona, su gaseoso elemento, puesto que ella era azafata, cabinera, en resumen, una camarera del aire, cuyo cometido es dar a los pasajeros la comida, la bebida, pero sobre todo seguridad y comodidad con una sonrisa y un saber hacer que en realidad no enseñaban en la escuela de azafatas, sino que se iba adquiriendo con el ejercicio de su profesión; lo que se llamaba desde siempre “aprendiendo el oficio” mediante su ejercicio.

El aire estaba caliente, en aquella noche de julio la temperatura había descendido a 43 grados, aunque mientras estuvo el sol iluminando no bajó de los 45. Ahora ya podía estar alli, fuera del agua. Mientras estuvo el sol arriba, no soportaba estar en el agua, puro caldo de sopa, ni fuera de ella, desierto tórrido, pero sí en el mágico momento en que habiendo salido del agua, todavía su cuerpo conservaba el agua sobre su piel y en su bañador. El proceso de evaporación del agua le daba el frescor del que su cuerpo estaba tan sediento. Y así había estado más de dos horas, entrando y saliendo, charlando con sus amigas, chapoteando, nadando, sumergiéndose en busca de una décima de grado más de frío, o de tranquilidad. 
 
No pudo dejar de pensar en su amiga Mabel, la rubia azafata, compañera de academia y de primer vuelo. Habían ido de Madrid a Vigo. Las dos tenían más miedo que vergüenza porque nunca habían volado. Tenían una idea muy romántica del aire. Pero volar de verdad, llevando la tranquilidad de varias decenas de personas colgando de su sonrisa era una experiencia nueva para ellas. Cumplieron lo mejor que pudieron. Y al llegar a Vigo, el capitán, un orondo hombrecillo con muchas horas de vuelo, las felicitó. Y su sobrecargo, Mario, también las felicitó por lo bien que lo habían hecho. “Parece que lo hubieran hecho toda la vida”, les había dicho con una sonrisa. Pobre Mabel. Aprendieron ellas dos que no todo era romanticismo, soltar una sonrisa fácil y cambiar de país como el que cambia de camiseta, cuando las destinaron a Canarias. Mabel iba en aquel avión que iba de Tenerife a la Palma, un viejo DC3 que perdió la fuerza de los dos motores, y cayó al mar. Ella misma había estado a punto de ir en aquel vuelo, pero a última hora falló una azafata para el vuelo a Hamburgo, y tuvo que ir a substituirla. Mabel iría sola en aquel vuelo interinsular en el que, al fin y al cabo, viajaban sólo quince personas. El avión tardó en hundirse más de cinco minutos. Una pasajera insistía en recuperar su bolso. Mabel volvió, solícita y heroicamente, para que la pobre señora no sucumbiera. Corrió al asiento, y cuando fue a salir, un energúmeno había por fin vencido su terror y se había incorporado y corrido hacia la puerta de emergencia. Pero al ver el mar, se había encajado en la puerta, y no se atrevía a salir. Pero tampoco a entrar de nuevo en el avión. Y Mabel le rogaba que saliera, que se salvara. O que se apartara, y la dejara pasar a ella. Y él aterrado, ni la oía ni se apartaba. Mabel le empujaba, pero era como si una hormiga empujase una roca. No tenía ningún elemento contundente para golpearle y forzarle a soltar el vano de la puerta, o hacer que se hiciera a un lado. Las azafatas no tenían más arma que su sonrisa. Una pistola hubiera obligado al hombre, ya cadáver, a caer y dejarle el paso franco. Pero Mabel no tenía de eso. Ni palo, ni ninguna otra forma de hacerse comprender ni de apartar al energúmeno. Y los de la balsa hinchable tampoco tuvieron otra opción que alejarse rápidamente, porque el avión ya se inclinaba, rumbo a las profundidades, y podría arrastrarles con él. Cayó hasta la fosa que hay entre La Palma y Tenerife, llevándose a dos personas, pues todas las demás ya estaban en la balsa. Cuando el energúmeno soltó el vano de la puerta, falto de respiración y casi ya de vida, Mabel yacía sobre la pared trasera del aparato, donde preparaban el refrigerio de los pasajeros, agonizando, desesperada, preguntándose quizá si había merecido la pena buscarse la vida cerca del cielo, sin más armas que su sonrisa y el deseo de complacer. “Va por ti, mi querida Mabel”, dijo Marina en su brindis, con una lágrima cayéndole por la comisura del ojo. 
 
El aire de Tel-Aviv era cálido, suave, pero triste. Mabel, Mabel, reina del aire, brindo por ti, que estás en los cielos.

Murcia, a 10 de septiembre de 2010



Nota Bene.- Este relato está inspirado en un suceso real conocido por el autor en su infancia. Pero una vez más la realidad supera a la ficción: efectivamente, en toda la historia de la aviación en Canarias, se ha caído sólo un avión. El 17 de septiembre de 1966. Fue un DC3, como se explica en el relato, pero al revés de lo que se dijo entonces, la azafata, Mari Carmen Vázquez, no murió porque ya había salido cuando el energúmeno que se cita, que en realidad era una persona encantadora, Juez de Paz por más señas, se agarró al dintel de la puerta. Fue el propio capitán de la nave quien intentó razonar con él, pero tuvo que alejarse de la nave en la balsa salvavidas para no ser atraídos todos por el remolino del avión al hundirse.
Esta historia nos debería hacer reflexionar a los que viajamos en avión: en caso de emergencia, síganse siempre las instrucciones, y el personal de vuelo se convierta en las personas más importantes de nuestras vidas. Nos van en ello.

La saga del Padre Nuestro.

Estoy escribiendo una serie de cuentos agrupados bajo ese título, La saga del Padre Nuestro, en la que el título de cada cuento será cada una de las líneas de la oración más famosa de la Cristiandad, ideada, según los Evangelios, por el mismo Jesucristo. Ya tengo terminados los siguientes cuentos:

1 Padre Nuestro
2 Que estás en los cielos.
3 Santificado sea tu nombre.
4 Venga a nosotros tu reino;
5 Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
 ........
11 En la hora de nuestra muerte.
12 Amén.

Me faltan, pues, cinco cuentos, cuyos títulos irán en la línea de puntos que he puesto más arriba:

6 El pan nuestro de cada día dánosle hoy
7 y perdona nuestras deudas,
8 así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
9 Y no nos dejes caer en la tentación,
10 mas líbranos del mal.

La última línea fue un cuento en cuatro partes que derivó en una novela que ya he publicado en Amazon y que hoy está lista para bajarse gratuitamenteEn la hora de nuestra muerte fue mi primera publicación en papel, realizada por Murcia Libro, mientras que Padre Nuestro apareció publicada entre mis notas en Facebook el mes pasado, donde todavía la podéis ver.

Hoy me ha parecido interesante publicar el segundo verso de esta saga, Que estás en los cielos, para que os hagáis una idea de cómo es la saga y cómo escribo. Lo haré en la entrada siguiente a esta.

Espero que me digáis vuestras opiniones sobre lo que leáis. :-)

miércoles, 21 de marzo de 2012

El hombre de Grafeneck, de Félix Jaime Cortés.

El hombre de Grafeneck es un prototipo de psicópata que desgraciadamente existe incluso entre nosotros. Vive en un universo de gente más o menos normal que vive su vida con más o menos zozobra.

El hombre de Grafeneck es una novela que nos habla de uno de los sucesos más espeluznantes y que más nos tendrían que dar que pensar, ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial y en la actualidad, paralelamente. Nos lleva de la mano la línea argumental del aprendizaje y evolución de un albañil que se convierte en oficial de la SS, servicios especiales del ejército alemán responsable de la gestión de los campos de exterminio, que no de concentración, que tanto han manchado la memoria de ese eficiente país. Eficiente hasta en la metodología de hacer desaparecer a miles de personas en un solo día. La otra vertiente argumental nos narra la relación entre un escritor y una dependienta que acaba de perder a su novio. Es una historia muy bonita que hace contrapunto a la otra historia, francamente horrible.

Pero lo que más me ha impactado de este libro es la naturalidad con que fluye el discurso, cómo el protagonista no encuentra ni un atisbo de duda o arrepentimiento por las barbaridades que hace continuamente, siempre con un objetivo, nunca porque sí, y haciendo gala de una retórica y lógica que se presentan con naturalidad y claridad evidentes.

El libro transcurre exponiendo dos historias paralelas separadas por sesenta años en el tiempo, que van confluyendo hasta un momento final que a mi juicio se podría haber resuelto algo mejor, pues ya sabréis por comentarios anteriores que para mí el final siempre es el punto más delicado de una historia: a veces ambiguo, a veces se deja en el aire, a veces se deja a la deducción del lector, o a veces, menos de las que me gustaría leer, se remacha con un toque final magistral, de fin de fiesta en que no cabe decir "esto es todo amigos", como decía Bugs Bunny, porque es totalmente evidente. Hay finales magistrales de diverso tipo, sean abiertos o cerrados, pero el de este no me acaba de convencer. Por eso no le he dado la quinta estrella. No obstante, debo afirmar, ciertamente, que es una novela magistralmente escrita, llevada con acierto por una serie de vericuetos argumentales que me han encantado, aunque el personaje principal no tenga nada de encantador…, al contrario que los otros protagonistas, los "buenos", que son dos: un escritor mayor, Bernardo, y una encantadora dependienta de una boutique, de la que es dueña. Y un segundón, el inspector Manzaneque, que es un tipo presumido, algo pusilánime y acomodaticio, pero que decide ayudar a esclarecer los hechos con un poco de ayuda por parte de Bernardo.

En definitiva, que sí os lo recomiendo. Félix Jaime Cortés ha hecho un  libro excelente que merece la pena de ser leído, porque tiene  mucho fondo, y nos puede hacer pensar en la miseria del ser humano, y no sólo por lo que os he dicho más arriba, sino por la vileza de los sonderkkomandos, que realizan trabajos que detestan por sentirse obligados, aún a sabiendas de que no por eso les van a perdonar, aunque dentro de esa vileza destaque la gallardía del soldado que, no pudiendo ejecutar una orden porque le quedan restos de humanidad, se pega un tiro en la boca al borde de una fosa común. La lógica del argumento de esta narración no pudo dejar de hacerme plantear que muchos de nuestros conciudadanos que dicen porque se dice y hacen porque se hace, en aquella situación o situaciones similares a aquella, seguramente hubiesen hecho, si no lo mismo que Lorenz Hackenholt o Wirth, sí lo que el ayudante italiano del primero, o Hastings, o el propio Unverhau. Frente a todos ellos se levanta, muy por encima desde un punto de vista moral, la figura gigante de Ilse, cuando decide que ya tuvo bastante de su marido y toma la repentina decisión de no volver a verle más, cosa que ejecuta con una decisión y facilidad que a mí me sorprendieron. Olé por ella.
 
El paisaje no puede ser más tétrico: el castillo de Grafeneck, donde Lorenz hace su aprendizaje, Treblinka, Treblinka II, Belzec, San Sabba… Me ha sorprendido que sólo se cita una vez al más famoso de todos ellos, que sucede que visité en dos ocasiones hace años: Oswicem, llamado en alemán Auschwitz.

Por todo lo que antecede no puedo menos que felicitar a Félix Jaime Cortés por haber realizado una obra literaria tan redonda y tan digna de ser leída. :-)

El honbre de Grafeneck puede conseguirse por 2'99 euros en La casa del libro.

lunes, 19 de marzo de 2012

"Tricronía", segunda parte de "Transgresión", pubicada hoy en Amazon.

Acaba de aparecer mi novela Tricronía, la segunda parte de la trilogía Transgresión, en la famosa librería virtual Amazon.
Se trata de la historia del primer habitante de un continente, llamado en el libro La Tierra del Sur, y de sus vicisitudes a lo largo de los diez trabajos o pruebas que le impone su dios personal, que le va ayudando a descubrirse a sí misma, pues ese primer habitante es una mujer. 
En esta historia hay misterio, hay romance, y hay tragedia, pero también hay un soplo de esperanza, de bonhomía y un homenaje a la longevidad, que ya empieza a ser una constante en el estilo que, poco a poco, voy construyendo libro a libro, historia a historia, vida a vida.
Espero que os guste su lectura, y que os proporcione tanto placer su lectura como a mí me ha procurado su escritura. Si veo que cuento con un grupo suficientemente significativo de lectores, seguiré haciendo aparecer estas historias periódicamente, de las que tengo actualmente en el astillero, como decía Mark Twain, siete de ellas. 
De no disponer del lector de libros Kindle, os podéis bajar de forma gratuita un programa que lo substituye para casi cualquier sistema operativo e incluso teléfono. El programa se llama, claro, Kindle.

jueves, 15 de marzo de 2012

"La cronista, o Los amos del tiempo", por fin publicado hoy en Amazon.

Acabo de pubicar mi quinta obra, La cronista, o Los amos del tiempo. Os lo podéis descargar en formato kindle desde Amazon por 7'08 euros, o bien un par de capítulos y el índice gratuitamente, aunque el 23 de abril de 2012, Día del Libro, estará disponible para bajarse por 0 euros durante todo el día. Si no tenéis el lector kindle, os podéis bajar uno virtual para Windows, Mac OS X o Android, que os permitirá leerlo en vuestro ordenador o teléfono.

Es el primer volumen de mi trilogía Transgresión, que continúa Tricronía (de próxima aparición) y Los desterrados (que aún estoy escribiendo). Transgresión debe su nombre a que la trilogía narra la violación o transgresión de las leyes más duras e inderogables que conocemos: las leyes físicas, en un contexto en que se explica con claridad y lógica. 

Pero debajo del relato subyace, naturalmente, una fuerte crítica a muchas cosas que damos por sentado, aunque si las pensamos un poco no dejan de ser falsas en muchos casos, y discutibles en todos ellos.

lunes, 12 de marzo de 2012

Cuentos inconfesables

Acabo de ver en su página que los Cuentos inconfesables de Jack Crane ya están a la venta.
Parecen bastante interesantes, aunque no son aptos para menores, ni para cardíacos. :-)
Podéis verlos en la web de Amazon.

jueves, 8 de marzo de 2012

Leer libros de Amazon sin tener el lector Kindle.

Algunos amigos me dicen que no pueden leer libros publicados por Amazon en su página porque no tienen ese lector de libros, el Kindle. Pero eso ya no es un problema:

En la propia web de Amazon se facilita un lector virtual para estos libros, o sea un programa que puede funcionar en tu ordenador si tienes el sistema operativo Windows, MacOS, o un móvil que use Android. Los he probado y funcionan razonablemente bien. La lectura es agradable, y puedes, al menos en la versión MacOS, cambiar el color del papel, lo que redunda en una mayor legibilidad (yo lo tengo en sepia).

Así que ya no tenéis excusa para no leer. Hay muchos libros gratuitos, muchos otros valen menos de un euro, y algunos un poco más. Espero que me leáis. :-)

martes, 6 de marzo de 2012

Los ojos del nuevo mundo, de María Bravo Sancha.

Acabo de leer la historia de Sarah, una muchacha que ve la vida de una forma especial.

Aparentemente una joven normal que estudia en la universidad, con sus problemas menores de todos los días, sus amistades, su familia en el pueblo, que es uno de Valladolid, donde ha pasado casi toda su vida, hasta que se va a la capital de España a estudiar, y allí empieza a ver el mundo, y sobre todo a las personas, de una forma especial. Una de sus amigas le recomienda que utilice ese conocimiento para ayudar a los demás, pero pronto llega a la conclusión de que debe empezar por ayudarse a sí misma, lo que le produce una seria crisis que debe resolver antes de poder ser de utilidad a sus semejantes.

En este contexto cae en la cuenta de que uno de sus amigos de siempre es algo más que un amigo, y desde entonces la novela toma un nuevo giro, lo que nos confirma aún más la tesis del libro: que todo se puede ver de otra forma, que la realidad esconde, o muestra sólo a quien lo quiera o lo pueda ver, pues presenta otro aspecto, tanto debajo de lo que se ve, como sobre ello: es cuestión de perspectiva, de querer verlo, y sobre todo de atreverse a ello. En ese proceso puede uno perder momentáneamente el sentido de la realidad tal cual se entiende generalmente, pero ese es un problema que se resuelve solo.

Es increíble que un libro tan denso lo haya escrito una joven de 21 años, pero quizá haya hecho falta la conjunción de esos pares de cualidades tan raras de encontrar hoy en día simultáneamente, juventud y madurez, espontaneidad y profundidad, valentía y sensatez, para producir un libro de estas características. No es excesivamente largo, pues consta de 252 páginas de 23x16 cm., y no trae más ilustraciones que la de la portada (en un estilo op-art evidente, que sugiere una fantasía ocular), y los que su texto evoca en nuestra imaginación, que son bastantes. 

La prosa de María Bravo Sancha es evocadora y fascinante, pues se engancha uno a la narración y apetece seguir leyendo para ver en qué para todo eso, aún robándole horas al sueño. Es una historia sencilla, que se va agrandando a medida que van pasando las páginas. Y aprende uno a querer a Sarah, a Marcos, a Berta, a Mara, a Daniel...

Es una lástima que el libro ya no esté a la  venta, aunque tengo entendido que la autora piensa hacer una reedición de la obra en el futuro próximo. Quizá sería bueno que los lectores potenciales le dejasen caer su interés por leerlo, en su dirección de Facebook.

"Gracias, crisis", de Ángeles Gabaldá.

Este libro nos habla de la situación laboral tan deprimente por la que está pasando nuestro país, de la frustración de tantas personas que no encuentran empleo..., y de lo que ocurre cuando lo encuentran.

Está escrito en un estilo vivaz y desenfadado, muy claro y con ciertos rasgos de humor, que ayudan a mantener el interés y hace que su lectura sea rápida y fácil de seguir. Es un libro de esos que leerás de un tirón, para luego reflexionar sobre las cosas que te ha contado.

María Ángeles Gabaldá es una persona amable y sincera, que cautiva a los que la conocemos en persona, y a los que la leemos, porque lo que escribe y lo que dice es muy parecido; o sea, que ha sido capaz de dar a su libro la espontaneidad y gracia que tiene cuando habla. Es un libro que consta de 16 capítulos y 73 páginas, que se leen en una o dos sentadas.
Ante las pegas que me plantearon en una librería importante de Murcia para conseguirlo, opté por pedirlo a la famosa librería virtual, www.amazon.com, y en tres días lo tenía en mi casa. 

Por último, un detalle que se suele quedar fuera de las críticas, pero que siempre me ha interesado, y más en esta época de crisis, el precio: son diez euros, más dos por gastos de envío. :-)