sábado, 4 de enero de 2020

El caballo de Troya.

El caballo de Troya, 
de J.J. Benítez
Después de leerme de un tirón los once libros de esta saga y mientras aún leo Estoy bien, del mismo autor, creo que tengo una opinión bastante objetiva de esta obra. 

Creo que se debería publicar la obra completa, los once volúmenes, en uno solo. En papel sería inviable (pues le calculo más de siete mil páginas), pero en formato Kindle sería factible, y bastante interesante para los interesados en el tema. Desde luego si una vez leído el primer volumen me hubiese enterado de esa edición «Mamut», la hubiese comprado con toda seguridad. Los 9 volúmenes de El caballo de Troya más El día del relámpago y el último volumen que ha aparecido, El diario de Eliseo.

Lo más original de esta obra es que asistimos a la versión de Abel, el mayor del ejército de EEUU apodado Jasón, en los nueve primeros tomos, con su corolario final en lo que al proyecto Caballo de Troya se refiere, en el décimo volumen, el de El día del relámpago; y como broche de oro, la visión de Caín, por medio de la narración del Capitán Eliseo, que nos cuenta los mismos o parecidos sucesos desde otra perspectiva. Son dos tipos de conversión de dos escépticos, uno buena persona, y otro defiende que las órdenes son las órdenes, que están por encima de todo. Otros personajes, como el General Curtiss, luego se ven que son de poca monta, o sea, seres humanos comunes y corrientes, a los que no se les puede exigir mucho, y de los que se espera que actúen según sus miedos, filias y fobias. Pero tanto el mayor (curioso grado, que en el ejército español equivale al de comandante) como el capitán, tanto el médico (aquel) como el ingeniero (este), van creciendo a lo largo de los once libros.


Sí que tiene cosas objetables esta obra, aunque Benítez se defiende con la estrategia de que ambos «autores» de los diarios han cometido errores «de segundo o tercer orden» para dar pábulo a que se trata de un trabajo de ficción, y no hechos reales, como el propio Benítez ha reiterado en sus entrevistas radiotelevisivas, para que el público no se le espante demasiado. Pero la idea de un Padre Azul, responsable de todo, cariñoso y no pendenciero o vengativo como Yavé es en sí atractiva, y fácil de sentir en nuestro interior, si nos lo proponemos.

Estos libros también adolecen, sobre todo al principio, de una pesadez superior a lo normal cuando se nos presentan detalles técnicos sobre conceptos que aún no se han descubierto oficialmente (¿qué es un «swivel»?), pero andando la historia esos detalles van desapareciendo poco a poco. También se deja en el tintero al «hombre rojo» que se bebe la sangre de hombres y bestias y que habita cerca de donde Eliseo deja su «cuna», y cuyas defensas el rojo burla de una forma tan natural. Pero eso no es importante, y quizá sea el cebo para que algún día Juan José Benítez nos premie con un 12ª volumen con la historia de este personaje. O la Historia de Ruth, cuya curación se contradice en el 9º y en el 11º volúmenes. También es absurdo que en determinados momentos tanto el comandante como el capitán dicen que no se extienden en detalles técnicos, porque no se les ha autorizado, cuando es evidente que ninguna autoridad humana les habría permitido nunca publicar los libros en absoluto… ¿Broma de Benítez?

Lo más original, a mi juicio, es que en esta saga se aúnan las historias de Jesús de Nazaret, de Caín y Abel, y de la creación misma, resumida en el Nuevo Mandamiento de Jesús, que más que mandamiento parece invitación que no podemos resistir. Bueno leerlo sobre todo para los creyentes en Jesús, y en su mensaje, de que vino a perfeccionar la Ley, a superarla, y a hacerla innecesaria, porque todos los hombres aprenderán a amar y amarse.

En resumen, mi opinión es que son libros para tener en casa y leer más de una vez, o asegurarse de que la biblioteca más cercana los tenga, y los leamos de vez en cuando, porque siempre se puede aprender mucho de ellos. Y, lo más importante es lo más impactante: ¿y si todo lo que cuenta Benítez fuera verdad, como él mismo no se cansa de decir en todas las entrevistas que se le han hecho?

2 comentarios:

  1. Hola, Jesús. Han pasado casi cinco año de que comentaste en mi blog, donde además me hacías una pregunta sobre la prisión en la calle Sierpes donde estuvo Cervantes, y de lo cual no recibiste respuesta alguna.
    Por esto mismo, hoy me dirijo a ti para pedirte disculpas. No se lo que sucedió para no ver yo esos comentarios, pero así ha ocurrido, y por casualidad hoy, los acabo de ver ya que estoy actualizando el blog, y no he querido dejar de pasar un minuto para pedirte disculpas, y decirte lo avergonzado que me he sentido, ya que nunca dejo de responder a nadie.
    Un cordial saludo, Jesús Ángel, y si te apetece puedes pasar y leer mis respuestas.

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    1. Hola, Manuel. Estas cosas pasan. Yo tampoco vengo demasiado por aquí. Por cierto, he visitado tu blog y no he encontrado tu respuesta a mi pregunta. Tampoco encontré mi pregunta...

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