viernes, 10 de enero de 2025

La transparencia del Rey.

Rosa Montero escribe muy bien. He leído dos libros de ella, La ridícula idea de no volver a verte, que está muy bien escrito, a pesar de ir de frivolidad en frivolidad, e Historia del Rey Transparente, de la que les voy a hablar a continuación.

En este libro el extraño sentido del humor de que Rosa Montero hace gala se convierte en una tomadura de pelo al lector que, encandilado por su buen escribir, se promete una historia de intriga, variada y previendo que todo va a ir a un final jocoso, divertido, espectacular.

Pero no ocurre eso. Vaya por delante que mete tres siglos de sucesos históricos en los 25 años de la vida de Leola, la protagonista, una campesina de 15 años del siglo 11 francés que se ve empujada hacia arriba por las circunstancias extraordinarias de aquella vida de violencia que la autora nos presenta al principio de su vida. Reconoce Rosa Montero al final del libro que ha incluido anacronismos en la historia, como si el reconocerlo pudiera justificar semejante disparate.

Durante todo el libro asistimos al extraño fenómeno de que cada vez que alguien inicia el relato de la Historia del Rey Transparente, le sucede algo malo que le impide contarla: una lámpara, o el dosel de la cama, que se le viene encima y mata al atrevido, o una pedrada fortuita con idéntico resultado. En el arcón que guarda la madre abadesa de un convento, sin embargo, aparece un códice en que sí se cuenta esa historia, la del Rey Transparente completa. Pero cuando el lector se las promete tan felices porque protagonista, por fin, va a enterarnos de qué se trata la dichosa historia, la descubre la monja justo cuando iba a abrir el libro…, y nos quedamos sin saberlo.

Historia del Rey Transparente.

Una vez que acaba la novela, en la mítica isla celta de Ávalon (ignoro por qué la autora lo escribe sin tilde), donde hay fruta fresca todo el año, se nos ofrece, a manera de apéndice, el texto que suponemos que Leola encontró en el arcón de la abadesa: La Historia del Rey Transparente. Y durante dos páginas nos la cuenta, pero cuando se aproxima el desenlace, cuando estamos a punto de saber qué es lo que el sabio dragón le dice al Rey, a media frase, el lector pasa la página para encontrarse frente a dos en blanco que por no tener, no tienen ni número, y luego en la siguiente están los agradecimientos y explicaciones finales del libro de Rosa Montero, pero nos dejan sin la conclusión de la historia, y sin saber por qué al Rey le ocurre lo que le pasa, y qué tiene que hacer para remediarlo.

En resumen, me ha parecido no solo una tomadura de pelo, sino una falta de respeto al lector. Por eso, a pesar de reconocerle a Rosa Montero el mérito de haber escrito un relato bien contado, le doy un suspenso, porque no ha sabido conectar con el lector, porque promete lo que no da, y porque a mi juicio no se pueden ir poniendo cebos a lo largo del libro para que al final el lector se sienta chasqueado porque no sabe quién es realmente ese Rey Transparente, y cuál es el remedio que el docto dragón estaba a punto de comunicarle para arreglar sus problemas, y por qué no lo consigue, o por qué sí. Ni tampoco explica por qué cada vez que alguien intenta explicar la historia de este rey, muere.

Por eso he titulado mi artículo La transparencia del rey, porque en realidad no se ve al rey por ninguna parte en la historia, y tras finalizar la misma, se le ve a medias, siendo la historia un auténtico gatillazo.

Mi consejo es que no se lo lea si ya lo ha sacado usted de la biblioteca, o que lo devuelva si ya lo ha comprado, porque el relato es tan falso como la imagen de la portada, porque Lady Godiva nada tiene que ver con la historia que hay dentro del libro. Parece que en la versión digital, en Amazon, se corregido la portada, en la que aparece ahora una caricatura de caballero de hierro con un faisán en la cabeza, pero al final de la historia sigue el quede: La respuesta es, y a la vuelta de la página sigue en letra en negrita: Fin de la Historia del Rey Transparente.

Y, si a pesar de todo, usted decide leerlo porque es fan incondicional de la escritora y no se cree lo que le cuento, sepa que la puede buscar en Facebook y pedirle cuentas, como yo desde luego estoy dispuesto a hacer.

Que ustedes lo lean bien (a ser posible otro libro).

Mis lecturas.

 Hace más de cuatro años que no escribo en este blog. Pero no he estado ocioso... Cuando inicié este blog me propuse dar cuenta de lo que he leído, y en realidad en este tiempo me he dedicado a leer más que a escribir. Claro, sí que he escrito algunos libros, 21 desde 2020, pero he leído muchos más. 

El año pasado encontré un interesante artículo en Facebook en que alguien decía que se había leído más de 20 libros. Otros contestaron que muchos más, otros menos, y no faltó quien se quejó de que se intentase montar una competencia de a ver quién leía más. En realidad no se trata de leer mucho, o el que más, sino que lo que leas te sirva de provecho para algo. Sin embargo, a mí me incitó aún más a la lectura el mero recuento, al final del año, de lo que uno ha leído. Estas son mis lecturas de 2024: 


    1. Circo Máximo, de Santiago Posteguillo**.
    2. La legión perdida, de Santiago Posteguillo**.
    3. El libro de los buenos modales, de Vincent Jefferds.
    4. Treinta maneras de quitarse el sombrero, de Elvira Lindo.
    5. Advertencia razonable, de Michael Connelly**.
    6. El viento conoce mi nombre, de Isabel Allende.
    7. El padrino, de Mario Puzo***.
    8. Nos vemos en agosto, de Gabriel García Márquez.
    9. Carol, de Patricia Highsmith.
    10. Tres enigmas para la organización, de Eduardo Mendoza.
    11. A propósito de Poe, de Oscar Fábrega**.
    12. Amores malsanos, de Teresa Vicente*.
    13. España, la primera globalización, de José Luis López Linares*.
    14. Réquiem por una furcia, de Álvaro de Laiglesia*.
    15. Crónicas del Más Allá, de Sol Blanco Soler**.
    16. Jane Eyre, de Charlotte Brönte**.
    17. Puta y libre, de Valerie May**.
    18. Emma, de Jane Austen***.
    19. Experiencias en la frontera, de Paloma Navarrete*.
    20. Cuentos, de Antón Chejov**.
    21. Diosas, rameras, esposas y esclavas, de Sara S. Pomeroy*.
    22. Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza
    23. La España fabulosa, de Jesús Vallejo Cabo*
    24. Mastering VIM Quickly, de Jovica Ilic*.
    25. El alma en la experiencia cercana a la muerte, de Juan José López Martínez*.
    26. Terra Alta, de Javier Cercas.
    27. Independencia, de Javier Cercas**.
    28. El castillo de Barbazul, de Javier Cercas**.
    29. Charles Chaplin, de Esteve Riambau.
    30. Historia del Rey Transparente, de Rosa Montero.
    31. BBEdit 15 User Manual, de Bare Bones Software*.
    32. La biblioteca de Medianoche, de Matt Haig .
    33. Los cipreses creen en Dios, de José María Gironella Pous*.  

Los libros a los que he puesto un asterisco son los que tengo en papel; los que tienen dos, en formato digital; y los que tres, en ambos formatos. Los que no tienen ninguno no los tengo, sino que me los han prestado amigos o la Biblioteca Regional de Murcia, de la que soy cliente habitual.

Pero leer mucho no sirve de nada si no te deja nada el libro que has leído. Poco a poco iré contándoos mi opinión de cada uno de ellos, pues de eso trata este blog. 

Como nota curiosa añadiré que los números 22 y 30 los leí en un extraño club de lectura que se llama Amigos de la lectura,  y que consistía en reunirnos varias personas en el Centro de Mayores II de Murcia, y leer en voz alta. Permanecí allí un trimestre, hasta que caí en la cuenta de que ni yo les podía aportar mucho a los demás, ni ellos a mí tampoco, y que no conducía a nada reunirnos para leer en voz alta, cuando en ese mismo tiempo podíamos haber leído mucho más y comentarlo luego.

Por último, añadiré que si en esa lista veis un enlace, es lo que os llevará a mi reseña sobre el libro en cuestión. Espero ir poniéndolas poco a poco para que os hagáis una idea de los libros que os recomiendo o no de esa lista.

 Para este año que comienza tengo otra lista de lecturas pendientes de los 26 libros que no me dio tiempo de leer el año pasado, pero os hablaré de ellos el que viene, con mi confesión de por qué no he podido terminar de leerla, o por qué sí, además de las ampliaciones que puede que le haga. 

Un saludo y ¡feliz lectura!

domingo, 12 de abril de 2020

El relojero del Emperador, de Joaquín Valverde Sepúlveda.

Juanelo Turriano, el relojero del Emperador

Acabo de leer un libro peculiar que compré en una de mis visitas a Toledo por recomendación de la guía local que me acompañó por el recorrido de la ciudad y parte de su historia.

Tras regresar a mi casa lo tuve un tiempo sin abrir, pues impresiona el tamaño de sus páginas y el número de ellas, 400. No obstante, en cuanto lo abrí empecé a respirar los tiempos pasados que me traían las conversaciones privadas, en un ambiente de amistad y bonhomía, entre este relojero cremonés que se encontró el Emperador Carlos I de España y V de Alemania en una de sus visitas a  Bolonia, entonces bajo el gobierno de España. A la propuesta del monarca, Juan (apodado Juanelo en lo sucesivo, como apelativo cariñoso por parte del Emperador y los que en su corte había) Turriano (apellido que significa de la Torre) lo deja todo y se va con don Carlos, al que no abandona hasta su muerte, en calidad de Relojero Imperial. Le construye y repara toda clase de relojes, incluso un planetario, que luego habrá de adaptar al cambio de calendario propiciado y decretado por el papa Gregorio XIII El Magno, (cuyo nombre prepapal era Ugo Buoncompagni) para ajustar las fiestas religiosas móviles (o movibles). 

Pero lo más importante de este técnico y sabio italo-español para Toledo fueron dos cosas: elevar el agua del Tajo hasta el Alcázar, obra imposible para muchos ingenieros que le precedieron en esa empresa por deseo de su Majestad Imperial, y El hombre de palo, un autómata que dio nombre a una de las calles principales de Toledo. Si ustedes visitan esta ciudad, la encontrarán entre la catedral y la calle del Comercio. En este libro se describe la génesis y ejecución de la primera de estas obras, el dispositivo que Juanelo diseñó y realizó para subir las aguas del Tajo los noventa metros que necesitaba, por medio de un ingenio de transmisión del movimiento del propio río por medio de unas bielas que impulsaban el agua recogida por medio de cazos enganchados a dos norias, que viajaba hacia arriba a través de otros tantos cazos en cada una de las 24 torres que escalonadamente conducían los 18000 litros de agua cada día hasta el Alcázar de Toledo, su punto más alto. 


Desgraciadamente dicha maravilla la terminó después de la muerte del Emperador, y el nuevo Rey, don Felipe II, le fue dando largas al pago de dicha obra. El ayuntamiento de Toledo también se lo negó, porque en realidad el agua no iba para el disfrute de la ciudad, sino del Alcázar, y por lo tanto era al Rey a quien le correspondía, según el Concejo Municipal. El pobre inventor se vio así, pobre de solemnidad, viviendo a costa de su hija, viuda con varios hijos, muriendo en la miseria, que paliaba precisamente con las limosnas que los viandantes depositaban en la mano de su Hombre de palo, el autómata de madera con que dicen que se paseaba por dicha calle de Toledo, y que si bien no hablaba, sí que hacía una respetuosa reverencia al generoso donante.

Es este segundo gran invento el que no figura más que en un párrafo en el libro de Joaquín Valverde Sepúlveda, en el que dice que aquello había sido un sueño del inventor. ¿Quizá la falta de documentación sobre este segundo ingenio movió al autor de esta pseudoautobiografía a pasar de puntillas sobre este artificio de Turriano? Posiblemente, o quizá lo haya dejado para un ulterior volumen, que considero necesario, o cuanto menos interesante.

En cuanto a la forma literaria elegida por Valverde Sepúlveda, me ha agradado que haya escogido la autobiografía, pues así sitúa al lector en la presencia del Emperador Carlos y posteriormente de su hijo, presentándonoslos como personas cercanas, con sus virtudes y sus miserias, con sus porqués y sus motivos. Es un libro que recomiendo leer, a pesar de la longitud del texto. Tanto más tiempo se disftuta por relativamente poco dinero. Si a ustedes les interesara leerlo, sepan que no tienen que desplazarse a Toledo para comprarlo, pues lo pueden encontrar ustedes también en Amazón, y seguramente en cualquier otra librería de su ciudad.

sábado, 4 de enero de 2020

El caballo de Troya.

El caballo de Troya, 
de J.J. Benítez
Después de leerme de un tirón los once libros de esta saga y mientras aún leo Estoy bien, del mismo autor, creo que tengo una opinión bastante objetiva de esta obra. 

Creo que se debería publicar la obra completa, los once volúmenes, en uno solo. En papel sería inviable (pues le calculo más de siete mil páginas), pero en formato Kindle sería factible, y bastante interesante para los interesados en el tema. Desde luego si una vez leído el primer volumen me hubiese enterado de esa edición «Mamut», la hubiese comprado con toda seguridad. Los 9 volúmenes de El caballo de Troya más El día del relámpago y el último volumen que ha aparecido, El diario de Eliseo.

Lo más original de esta obra es que asistimos a la versión de Abel, el mayor del ejército de EEUU apodado Jasón, en los nueve primeros tomos, con su corolario final en lo que al proyecto Caballo de Troya se refiere, en el décimo volumen, el de El día del relámpago; y como broche de oro, la visión de Caín, por medio de la narración del Capitán Eliseo, que nos cuenta los mismos o parecidos sucesos desde otra perspectiva. Son dos tipos de conversión de dos escépticos, uno buena persona, y otro defiende que las órdenes son las órdenes, que están por encima de todo. Otros personajes, como el General Curtiss, luego se ven que son de poca monta, o sea, seres humanos comunes y corrientes, a los que no se les puede exigir mucho, y de los que se espera que actúen según sus miedos, filias y fobias. Pero tanto el mayor (curioso grado, que en el ejército español equivale al de comandante) como el capitán, tanto el médico (aquel) como el ingeniero (este), van creciendo a lo largo de los once libros.


Sí que tiene cosas objetables esta obra, aunque Benítez se defiende con la estrategia de que ambos «autores» de los diarios han cometido errores «de segundo o tercer orden» para dar pábulo a que se trata de un trabajo de ficción, y no hechos reales, como el propio Benítez ha reiterado en sus entrevistas radiotelevisivas, para que el público no se le espante demasiado. Pero la idea de un Padre Azul, responsable de todo, cariñoso y no pendenciero o vengativo como Yavé es en sí atractiva, y fácil de sentir en nuestro interior, si nos lo proponemos.

Estos libros también adolecen, sobre todo al principio, de una pesadez superior a lo normal cuando se nos presentan detalles técnicos sobre conceptos que aún no se han descubierto oficialmente (¿qué es un «swivel»?), pero andando la historia esos detalles van desapareciendo poco a poco. También se deja en el tintero al «hombre rojo» que se bebe la sangre de hombres y bestias y que habita cerca de donde Eliseo deja su «cuna», y cuyas defensas el rojo burla de una forma tan natural. Pero eso no es importante, y quizá sea el cebo para que algún día Juan José Benítez nos premie con un 12ª volumen con la historia de este personaje. O la Historia de Ruth, cuya curación se contradice en el 9º y en el 11º volúmenes. También es absurdo que en determinados momentos tanto el comandante como el capitán dicen que no se extienden en detalles técnicos, porque no se les ha autorizado, cuando es evidente que ninguna autoridad humana les habría permitido nunca publicar los libros en absoluto… ¿Broma de Benítez?

Lo más original, a mi juicio, es que en esta saga se aúnan las historias de Jesús de Nazaret, de Caín y Abel, y de la creación misma, resumida en el Nuevo Mandamiento de Jesús, que más que mandamiento parece invitación que no podemos resistir. Bueno leerlo sobre todo para los creyentes en Jesús, y en su mensaje, de que vino a perfeccionar la Ley, a superarla, y a hacerla innecesaria, porque todos los hombres aprenderán a amar y amarse.

En resumen, mi opinión es que son libros para tener en casa y leer más de una vez, o asegurarse de que la biblioteca más cercana los tenga, y los leamos de vez en cuando, porque siempre se puede aprender mucho de ellos. Y, lo más importante es lo más impactante: ¿y si todo lo que cuenta Benítez fuera verdad, como él mismo no se cansa de decir en todas las entrevistas que se le han hecho?

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Lluvia fina

de Luis Landero

Es un libro que se lee de una sentada porque atrapa la atención del lector enseguida. Se trata de los procesos mentales de dos hermanas y un hermano, condensados en las conversaciones que tienen con la esposa de este, Aurora,
que recibe las confesiones de todos ellos desde sus diversos puntos de vista, y que también tiene sus problemas, que nadie escucha porque están muy ocupados haciéndose escuchar por ella. 

El hecho puntual sobre el que gira la novela es la celebración del octogésimo cumpleaños de la matriarca, Sonia, cuya organización levanta ampollas por problemas del pasado de los tres hermanos, prácticamente desde que se conocieron. 
También es una bonita historia de amor entre Aurora y su marido, como telón de fondo, con una hija especial, Alicia.

Es una novela diferente, con frecuentes cambios de voz que despistan al principio por la ausencia de diferenciación tipográfica cuando se pasa de uno a otro personaje, planteándose a veces la redundancia de los guiones de diálogo, —, o de las comillas, pues dichos cambios se realizan por medio del texto mismo, con gran maestría, no exenta de cierto riesgo para la comprensión del lector. No obstante, la maestría de Luis Landero en el uso del lenguaje lo compensa más que sobradamente. 

sábado, 5 de agosto de 2017

Caminos convergentes, de Mercedes de Miguel.

Los Caminos convergentes de Mercedes de Miguel González.

Acabo de leerme un libro que me ha gustado bastante por su simplicidad, pero también por su complejidad. David es un joven que busca aún su primer trabajo. Laura es una empleada en un bufete importante. Durante todo el libro se buscan, se encuentran, se separan, pero —como anuncia su título—, van convergiendo.

Es lo que se podría definir como una novela romántica, rosa, de amor. Pero también es muchas otras cosas. Es una prosa impecable, pero vivaz, es un hilo argumental que te fuerza a seguir un capítulo más antes de irte a dormir, por ejemplo,  a ver qué pasa. Y pasan muchas cosas. 

Este libro me motivó a seguir leyendo de esta escritora, y así me encuentro ahora mismo siguiendo las aventuras del pobre Padre Indalecio, en la novela de la misma autora, La virgen de los leggins, que, como su titulo ya anuncia, es más divertida. No obstante se nota el sello de la misma autora.Ya os contaré mis impresiones. 


miércoles, 31 de agosto de 2016

Mia verkaro, en Esperanto.



Ĉe mia retapaĝo mi ne nur publikigas La libron de la jaro iom post iom en la hispana lingvo, sed aldone en la anglan kaj  en Esperanton. Per tiu maniero mian verkon oni povas koni ene de diversaj kulturoj. Mi ankaŭ povas fiere diri, ke mi publikigas mian tutan verkaron en Esperanto por senpagla legado. Sekve, se oni deziras legi miajn librojn senpage, oni nur devas lerni Esperanton.  :-)  Jes, mi verkas en Esperanto ankaŭ, sed bedaŭrinde mi ne plu havas tempon instrui nian belan kaj utilan lingvon. Por tiu oni trovos multe da kursoj en la reto. Mi nur povas konsili al vi kelkajn, sed mi ne provis ilin, do mi ne scias pri tio, kiu estas la plej bona, rapida, ktp. Surpapere mi provis kaj rekomendas tiun titolitan Curso del idioma internacionalde Miguel Gutiérrez Adúriz, kaj tiun alian, Nuevo método de Esperanto,  de Fernando de Diego, por  avantaĝaj studentoj pri nia lingvo; sed certe oni povas trovi aliajn bonajn kursojn, kiuj estas rekomendindaj, sed mi nur ne povas tion fari ĉar mi ne konas ilin. Se oni deziras pli da informo pri la afero, oni povas viziti la retejon de la Universala Esperanto Asocio, la plej granda kaj malnova organizo, kiu okupiĝas pri Esperanto kaj esperantistoj, el la mondo. 

Kaj jen ĉio, gesamideanoj. Brakumu min, ĉar mi kunhavas al vi miajn pensojn kaj sentojn pere de nia bela kaj utila lingvo. Se vi sekvas min, vi ploros kaj ridos  per la rakontoj kiujn mi diros al vi.