martes, 11 de noviembre de 2025

Mis lecturas en 2025.

 Os contaba hace unos meses que el año pasado había leído 33 libros, que me parecían muchos. La verdad es que antes no leía tanto, pues estaba más ocupado con la escritura y otras actividades, pero lo que os contaba entonces en aquella entrada de este blog me hizo reflexionar, y la verdad es que ahora la lectura es mi ocupación principal. Por eso no os he podido contar nada de aquellas lecturas, si bien no lo descarto del todo. 

En lo que va de año 2025, además de escribir un libro, El Gran Impostor,  y tres de los cuatro números de mi revista en Esperanto, Kajeroj el la Sudo (Cuadernos del Sur, escrita enteramente en la lengua internacional, aunque no descarto producir versiones en español, inglés y latín cuando haya aprendido lo suficiente de este último idioma, si bien hay un número, el 100, que sí tiene una versión en español y otra en inglés), como digo, además de esa actividad, he leído 50 libros hasta el momento, y el año aún no ha terminado. 

Recuerdo que en una ocasión un alumno de segundo de Secundaria, cuya forma de hablar destacaba entre la de sus compañeros, me confesó que se leía un libro a la semana, excepto en vacaciones, que se leía más. Aquello me dejó boquiabierto, pero me explicó lo culto de su discurso. Por avatares de la vida —en realidad porque no me daba la gana, como le ocurre a todo el mundo— yo era incapaz de realizar lo que entonces me parecía una gesta inusitada. Pero varios decenios después he visto que no es tan difícil. Además, cuanto más lees, más rápido eres ccapaz de hacerlo, y te enteras más de lo que lees. Y una forma extraordinaria de demostrártelo a ti mismo consiste en escribir al menos un breve resumen de cada libro que lees. 

Dicho esto, y sin promesa de hablaros de cada uno, aunque sí de algunos (en los que veréis el enlace correspondiente a mi crítica), aquí va mi lista de este año, hasta el momento:

  1. Un millón de muertos, de José María Gironella Pous*. (Segunda parte de su trilogía sobre la Guerra Civil Española).
  2. Imparables: Diario de cómo conquistamos la Tierra, de Yuval Noah Harari.
  3. El gran inquisidor, de Fédor Dostoyevsky**.
  4. Dios, «El que es», de Serge-Thomas Bonino, OP.
  5. Sapiens 2, una historia gráfica, de Yuval Noah Harari.
  6. El hombre que calculaba, de Malba Thahan**ku.
  7. Alí en el país de las maravillas, de Alberto Vázquez-Figueroa**, 2003.
  8. El aprendiz, de Ana María Matute**, 1960.
  9. Diez obstáculos que te impiden ser feliz, de Irene López Assor**, 2021.  
  10. Recupera tu mente, reconquista tu vida, de Marian Rojas**, 2024.
  11. Ha estallado la Paz, de José María Gironella Pous*.(Tercera parte de su trilogía sobre la Guerra Civil Española).
  12. La madurez de Cervantes, de José Manuel Lucía Mejía**.(Segunda parte de su trilogía sobre nuestro escritor más famoso).
  13. Leyendas de Tartessos, de Manuel Pimentel, 2015**ku*.
  14. La balsa de piedra, de José Saramago**.
  15. El espía que surgió del frío, de John LeCarrée**.
  16. Coños, de Juan Manuel de Prada.
  17. Tu rostro mañana, de Javier Marías.
  18. Lágrimas en la lluvia, de Juan Manuel de Prada.
  19. Gramática de la fantasía, de Gianni Rodari.
  20. El baile de máscaras, de Alejandro Dumas.
  21. Jesús de Nazareth: Desde el bautismo hasta la transfiguración, de Benedicto XVI.
  22. Crítica de la razón literaria, tomo I, de Jesús G. Maestro*.
  23. Gog, de Juan José Benítez**.
  24. La vegetariana, de Han Kang**.
  25. En busca de la totalidad, de Ken Wilber**.
  26. Aterrizaje, de Eva Piquer.** 
  27. El volcán de oro, de Julio Verne.
  28. Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë**.
  29. Tú estás loco, papá, de William Saroyan*.
  30. Infernales, La hermandad Brontë, de Laura Ramos**.
  31. La historia secreta de Jane Eyre, de John Pfordresher**.
  32. Agnes Grey, de Anne Brontë**.
  33. El bolígrafo de gel verde, de Eloy Moreno**.  
  34. Mi prima Raquel, de Daphne du Maurier*.
  35. El regalo, de Eloy Moreno**.
  36. Los hombres lloran solos, de José María Gironella Pous*.(Cuarta parte de su trilogía sobre la Guerra Civil Española, convirtiéndola en tetralogía).
  37. El verano de Cervantes, de Antonio Muñoz Molina**.
  38. La chica de Cali, de Mónica Beltrán Fayos.
  39. De Madrid a Oviedo, pasando por las Azores, de José María Pemán.
  40. Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite*.
  41. Understanding Apple Intelligence, de Scott La Counte**.
  42. Biografía del silencio, de Pablo d’Ors.
  43. El ángel perdido, de Javier Sierra.
  44. El último hombre, de Mercedes de Miguel**uk y ***
  45. Una pena en observación, de C. S. Lewis**.
  46. Un tipo normal, de Mercedes de Miguel.
  47. La inquilina de Wildfell Hall, Anne Brontë**.  
  48. Poe, de Peter Akroyd*.
  49. La historia de mi máquina de escribir, de Paul Auster**.
  50. Dios, una historia humana, de Reza Aslan**.  

Esta lista, como os digo, no está completa, aunque no creo que en lo que queda de año la aumente mucho. No obstante, si os crea a algunos de vosotros el interés por la lectura, me sentiré muy recompensado, y si me lo hacéis saber, os estaré agradecido. 

Un saludo cordial. 

lunes, 10 de noviembre de 2025

Dios, una historia humana.

 



Dios, una historia humana, es un ensayo bastante bien documentado del experto en religiones Reza Aslan, iraní afincado en EEUU desde hace varias décadas, que estudia el fenómeno religioso desde la aparición del hombre sobre La Tierra, hace dos millones y medio de años.


Comienza examinando los restos arquitectónicos y funerarios de diversas razas de homínidos anteriores a la nuestra, Homo Sapiens, y luego desde los tiempos históricos, y contempla la teoría de que el hombre siempre ha querido contar con un ser superior que vea, toque, oiga, sienta y padezca igual que nosotros, los seres sintientes y pensantes que poblamos este planeta desde mucho antes de lo que pensamos, de hecho desde mucho antes de que fuéramos nosotros. Por eso, afirma, los dioses siempre han tenido virtudes y defectos que poseemos los humanos, si bien no todos, porque algunos dioses están especializados en alguno de ellos más que otros. No obstante, hay un punto de inflexión en que aparece el monoteísmo, algo bastante más moderno que la monolatría, siendo esta última no excluyente, al revés que aquel. Es decir, que mientras que el monoteísmo afirma la idea de un dios y excluye la idea de que haya más, la monolatría consiste en adorar a un solo dios, aunque haya más. Por ejemplo, cuando Moisés baja de el Monte Sinaí, se encuentra con que los judíos están adorando a Baal, una representación de otro dios diferente a Yaveh, y les rompe las tablas de la ley encima porque exige el culto monoteísta, no monolatrista. 

Andando el tiempo se establece un paralelismo de un solo rey y un solo dios. 

Pero más nos sorprende la última afirmación del libro, que me cuidaré de reflejar aquí para no mataros el espíritu del descubrimiento. 

Es un libro excelente, que se lee con facilidad, a pesar de ser un tema algo árido en principio.  Aslan lo explica de modo bastante gráfico, con un estilo que hace pensar sobre este tema, evitando pronunciarse sobre la misma existencia de Dios, si bien nos deja caer la idea desde el principio del libro de que él ha sido sucesivamente musulmán, cristiano y musulmán de nuevo. 

Es una lectura que recomiendo, si os interesa el tema, y si no es así, también podréis disfrutar de la excelente prosa con que ha sido vertido al español por Jorge Arnaud y Escudero para la Editorial Taurus.

sábado, 11 de octubre de 2025

Una de caperucita (Mis lecturas de 2025).

Si hace unos meses daba cuenta yo de las lecturas que había hecho el año pasado, ahora, diez meses después he de confesar que he batido mi récord personal del año pasado, pues esta mañana he acabado de leer mi 40º libro del año en curso. En lugar de poner la lista de lo que llevo leído este año, prefiero hablaros de cada uno de ellos, pues al fin y al cabo esta es la razón de este blog, contaros mi crítica literaria, que no por crítica ha de ser negativa. No necesariamente.  

Portda de "Caperucita en Manhattan".

El libro es Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite, fallecida hace 25 años de cáncer en Madrid. Había nacido en Salamanca en 1925, y dejó tras de sí un total de casi 40 obras, entre novelas, ensayos, poemarios, epistolarios y conferencias, por los que fue premiada en 14 ocasiones con galardones importantes entre los que no se cuenta, es curioso, el Premio Planeta. Y tres de sus obras fueron llevadas a la pantalla. 

 

Durante años rondó por mi casa esta novela publicada en 1990, que acabo de descubrir que es una de las más importantes de esta autora, junto con Entre visillos, por la que le dieron el premio Nadal en 1957. Yo no le había hecho mucho caso porque el título me sonaba más bien a alegato feminista del tipo de las que produce Rosa Montero, que escribe muy bien, cierto, pero que mete su yo en medio de su obra por las buenas, cosa que me parece bastante poco profesional. 

No así hace Carmen Martín Gaite en esta novela, y si lo hace, es algo que pasa totalmente desapercibido. Es una novela que engancha, hasta el punto en que yo me la he leído en dos días, quedándome hasta las cuatro de la madrugada, pues mis manos se negaban a cerrar el libro  antes de llegar al final, que sin embargo no me ha gustado nada, pero, bueno, como dijo aquel personaje de Con faldas y a lo loco, nadie es perfecto, ¿no?

Al abrir el libro yo me temía que era una reescritura del famoso cuento que Charles Perrault  escribió (o transcribió) hace cuatro siglos, pero para mi sorpresa, los elementos básicos del cuento están tomados de modo tan delicado y estilizado que uno no puede dejar de pasear la mirada por la lectura agradable y sencilla de este texto desde el principio hasta el final. Cada capítulo lleva un título bastante explicativo que yo elegí saltarme, porque disfruto más del placer del descubrimiento, pero que supongo que la autora puso para facilitar la lectura. Lectura que está construida sin artificiosidad ni cultismos que te hacen ir al diccionario, ya que la única palabra que se sale un poco de tiesto, farfañía, la explica en el propio texto en cuanto aparece, así como miranfú y alguna otra palabra divertida que inventa esta autora para dar mayor claridad —supongo— a la mente infantil de la protagonista, Sara Allen.

Mi personaje favorito, sin embargo, no es ni Sara ni Mr. Woolf, ni siquiera la abuelita, Gloria Star, que en su juventud había sido cantante y se había casado tres veces, sino Miss Lunatic, que nos aclara muchas cosas de la Estatuta de la Libertad y del buen vivir.

Sin embargo, personaje importante en esta historia es la ciudad de Nueva York, que la autora conoció muy bien, al parecer por las descripciones que hace de calles, plazas, lugares y trayectos por aquella ciudad, aunque no descarto que todo ello se deba a la documentación y enorme imaginación de que hace gala Carmen Martín Gaite en esta obra. 

Sí, este libro me ha dejado con ganas de más, por lo que no descarto seguir leyendo su producción literaria en el futuro. 

viernes, 10 de enero de 2025

La transparencia del Rey.

Rosa Montero escribe muy bien. He leído dos libros de ella, La ridícula idea de no volver a verte, que está muy bien escrito, a pesar de ir de frivolidad en frivolidad, e Historia del Rey Transparente, de la que les voy a hablar a continuación.

En este libro el extraño sentido del humor de que Rosa Montero hace gala se convierte en una tomadura de pelo al lector que, encandilado por su buen escribir, se promete una historia de intriga, variada y previendo que todo va a ir a un final jocoso, divertido, espectacular.

Pero no ocurre eso. Vaya por delante que mete tres siglos de sucesos históricos en los 25 años de la vida de Leola, la protagonista, una campesina de 15 años del siglo 11 francés que se ve empujada hacia arriba por las circunstancias extraordinarias de aquella vida de violencia que la autora nos presenta al principio de su vida. Reconoce Rosa Montero al final del libro que ha incluido anacronismos en la historia, como si el reconocerlo pudiera justificar semejante disparate.

Durante todo el libro asistimos al extraño fenómeno de que cada vez que alguien inicia el relato de la Historia del Rey Transparente, le sucede algo malo que le impide contarla: una lámpara, o el dosel de la cama, que se le viene encima y mata al atrevido, o una pedrada fortuita con idéntico resultado. En el arcón que guarda la madre abadesa de un convento, sin embargo, aparece un códice en que sí se cuenta esa historia, la del Rey Transparente completa. Pero cuando el lector se las promete tan felices porque protagonista, por fin, va a enterarnos de qué se trata la dichosa historia, la descubre la monja justo cuando iba a abrir el libro…, y nos quedamos sin saberlo.

Historia del Rey Transparente.

Una vez que acaba la novela, en la mítica isla celta de Ávalon (ignoro por qué la autora lo escribe sin tilde), donde hay fruta fresca todo el año, se nos ofrece, a manera de apéndice, el texto que suponemos que Leola encontró en el arcón de la abadesa: La Historia del Rey Transparente. Y durante dos páginas nos la cuenta, pero cuando se aproxima el desenlace, cuando estamos a punto de saber qué es lo que el sabio dragón le dice al Rey, a media frase, el lector pasa la página para encontrarse frente a dos en blanco que por no tener, no tienen ni número, y luego en la siguiente están los agradecimientos y explicaciones finales del libro de Rosa Montero, pero nos dejan sin la conclusión de la historia, y sin saber por qué al Rey le ocurre lo que le pasa, y qué tiene que hacer para remediarlo.

En resumen, me ha parecido no solo una tomadura de pelo, sino una falta de respeto al lector. Por eso, a pesar de reconocerle a Rosa Montero el mérito de haber escrito un relato bien contado, le doy un suspenso, porque no ha sabido conectar con el lector, porque promete lo que no da, y porque a mi juicio no se pueden ir poniendo cebos a lo largo del libro para que al final el lector se sienta chasqueado porque no sabe quién es realmente ese Rey Transparente, y cuál es el remedio que el docto dragón estaba a punto de comunicarle para arreglar sus problemas, y por qué no lo consigue, o por qué sí. Ni tampoco explica por qué cada vez que alguien intenta explicar la historia de este rey, muere.

Por eso he titulado mi artículo La transparencia del rey, porque en realidad no se ve al rey por ninguna parte en la historia, y tras finalizar la misma, se le ve a medias, siendo la historia un auténtico gatillazo.

Mi consejo es que no se lo lea si ya lo ha sacado usted de la biblioteca, o que lo devuelva si ya lo ha comprado, porque el relato es tan falso como la imagen de la portada, porque Lady Godiva nada tiene que ver con la historia que hay dentro del libro. Parece que en la versión digital, en Amazon, se corregido la portada, en la que aparece ahora una caricatura de caballero de hierro con un faisán en la cabeza, pero al final de la historia sigue el quede: La respuesta es, y a la vuelta de la página sigue en letra en negrita: Fin de la Historia del Rey Transparente.

Y, si a pesar de todo, usted decide leerlo porque es fan incondicional de la escritora y no se cree lo que le cuento, sepa que la puede buscar en Facebook y pedirle cuentas, como yo desde luego estoy dispuesto a hacer.

Que ustedes lo lean bien (a ser posible otro libro).

Mis lecturas.

 Hace más de cuatro años que no escribo en este blog. Pero no he estado ocioso... Cuando inicié este blog me propuse dar cuenta de lo que he leído, y en realidad en este tiempo me he dedicado a leer más que a escribir. Claro, sí que he escrito algunos libros, 21 desde 2020, pero he leído muchos más. 

El año pasado encontré un interesante artículo en Facebook en que alguien decía que se había leído más de 20 libros. Otros contestaron que muchos más, otros menos, y no faltó quien se quejó de que se intentase montar una competición de a ver quién leía más. En realidad no se trata de leer mucho, o el que más, sino que lo que leas te sirva de provecho para algo. Sin embargo, a mí me incitó aún más a la lectura el mero recuento, al final del año, de lo que uno ha leído. Estas son mis lecturas de 2024: 


    1. Circo Máximo, de Santiago Posteguillo**.
    2. La legión perdida, de Santiago Posteguillo**.
    3. El libro de los buenos modales, de Vincent Jefferds.
    4. Treinta maneras de quitarse el sombrero, de Elvira Lindo.
    5. Advertencia razonable, de Michael Connelly**.
    6. El viento conoce mi nombre, de Isabel Allende.
    7. El padrino, de Mario Puzo***.
    8. Nos vemos en agosto, de Gabriel García Márquez.
    9. Carol, de Patricia Highsmith.
    10. Tres enigmas para la organización, de Eduardo Mendoza.
    11. A propósito de Poe, de Oscar Fábrega**.
    12. Amores malsanos, de Teresa Vicente*.
    13. España, la primera globalización, de José Luis López Linares*.
    14. Réquiem por una furcia, de Álvaro de Laiglesia*.
    15. Crónicas del Más Allá, de Sol Blanco Soler**.
    16. Jane Eyre, de Charlotte Brönte**.
    17. Puta y libre, de Valerie May**.
    18. Emma, de Jane Austen***.
    19. Experiencias en la frontera, de Paloma Navarrete*.
    20. Cuentos, de Antón Chejov**.
    21. Diosas, rameras, esposas y esclavas, de Sara S. Pomeroy*.
    22. Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza
    23. La España fabulosa, de Jesús Vallejo Cabo*
    24. Mastering VIM Quickly, de Jovica Ilic*.
    25. El alma en la experiencia cercana a la muerte, de Juan José López Martínez*.
    26. Terra Alta, de Javier Cercas.
    27. Independencia, de Javier Cercas**.
    28. El castillo de Barbazul, de Javier Cercas**.
    29. Charles Chaplin, de Esteve Riambau.
    30. Historia del Rey Transparente, de Rosa Montero.
    31. BBEdit 15 User Manual, de Bare Bones Software*.
    32. La biblioteca de Medianoche, de Matt Haig .
    33. Los cipreses creen en Dios, de José María Gironella Pous*.  

Los libros a los que he puesto un asterisco son los que tengo en papel; los que tienen dos, en formato digital; y los que tres, en ambos formatos. Los que no tienen ninguno no los tengo, sino que me los han prestado amigos o la Biblioteca Regional de Murcia, de la que soy cliente habitual.

Pero leer mucho no sirve de nada si no te deja nada el libro que has leído. Poco a poco iré contándoos mi opinión de cada uno de ellos, pues de eso trata este blog. 

Como nota curiosa añadiré que los números 22 y 30 los leí en un extraño club de lectura que se llama Amigos de la lectura,  y que consistía en reunirnos varias personas en el Centro de Mayores II de Murcia, y leer en voz alta. Permanecí allí un trimestre, hasta que caí en la cuenta de que ni yo les podía aportar mucho a los demás, ni ellos a mí tampoco, y que no conducía a nada reunirnos para leer en voz alta, cuando en ese mismo tiempo podíamos haber leído mucho más y comentarlo luego.

Por último, añadiré que si en esa lista veis un enlace, es lo que os llevará a mi reseña sobre el libro en cuestión. Espero ir poniéndolas poco a poco para que os hagáis una idea de los libros que os recomiendo o no de esa lista.

 Para este año que comienza tengo otra lista de lecturas pendientes de los 26 libros que no me dio tiempo de leer el año pasado, pero os hablaré de ellos el que viene, con mi confesión de por qué no he podido terminar de leerla, o por qué sí, además de las ampliaciones que puede que le haga. 

Un saludo y ¡feliz lectura!